René Préval, proclamado presidente de Haití para evitar una ola de violencia

La crisis política en Haití ha quedado desactivada momentáneamente después de que en la madrugada de ayer el Consejo Electoral Provisional (CEP) anunciara que René Préval es el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 7 de febrero. Líderes del Gobierno de transición, del partido de Préval y de la comunidad internacional llegaron a un acuerdo, de legalidad dudosa, que permite proclamar al candidato del movimiento Lespwa (Esperanza, en créole) nuevo presidente del país caribeño y calma los ánimos de buena parte de la población ante las denuncias de fraude.

Poco después de la una de la madrugada, el CEP emitió por televisión un comunicado que proclamaba a René Préval presidente electo al haber obtenido el 51,15% de los votos escrutados y válidos, es decir la mayoría absoluta que hace innecesaria una segunda vuelta. Miles de personas procedentes de los barrios más pobres de la periferia de Puerto Príncipe se lanzaron a la calle en plena noche para festejar la noticia ante el Palacio Nacional. La capital amaneció ayer tranquila, con el tráfico fluido y sin las barricadas ni incidentes de los últimos días.

El anuncio del CEP culminó una serie de intensas reuniones entre dirigentes haitianos con representantes de la Misión de Naciones Unidas (Minustah), la Organización de Estados Americanos (OEA) y los embajadores de Brasil, Estados Unidos, Francia, Canadá y Chile. El escrutinio estaba paralizado desde el lunes. El porcentaje oficial daba a Préval el 48,7% de los votos, insuficiente para ser declarado ganador en la primera vuelta. Las denuncias de fraude iban en aumento y en la calle los manifestantes estaban cada vez más enfurecidos.

Con este panorama, el Gobierno de Brasil, la nación con el mayor contingente de soldados de la misión de la ONU, propuso a todos los candidatos que reconocieran la victoria de Préval en la primera vuelta. "Teniendo en cuenta el clima que reina en el país, ésta sería la mejor solución", declaró Marco Aurelio García, asesor de Relaciones Internacionales del presidente Lula da Silva.

El acuerdo alcanzado el miércoles por la noche hace una interpretación sui géneris de la ley electoral haitiana y aprovecha algunos resquicios legales, de tal manera que no contabiliza unos 85.000 votos en blanco incluidos en el recuento inicial. Al excluirlos como tales y distribuirlos proporcionalmente entre todos los candidatos presidenciales, Préval aumenta su porcentaje del 48,7% al 51,15% de los votos. La ley electoral obliga a tener en cuenta los votos en blanco como una opción más de sufragio.

Leslie Manigat, candidato de la Agrupación de los Demócratas Nacionales Progresistas (RDNP), segundo más votado con el 11,83%, rechazó el acuerdo por considerarlo al margen de la legalidad -"Es un golpe de Estado a través de las urnas", dijo-, aunque precisó que no hará nada para impedirlo. El ex presidente Manigat se habría enfrentado a Préval en una eventual segunda vuelta de las elecciones, cargada de incertidumbre y en una situación caótica.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, calificó ayer de razonable la decisión de proclamar al candidato René Préval como presidente electo de Haití. Tras un almuerzo con los miembros del Consejo de Seguridad, Annan manifestó que la decisión se ha hecho, tomando en cuenta las circunstancias existentes en Haití, tras las elecciones del pasado 7 de febrero. "Ha sido una manera razonable de intentar resolver un problema, que podría haber liderado a serias confrontaciones y a una mayor violencia en la sociedad", precisó.

El jefe de la Misión de Naciones Unidas, Juan Gabriel Valdés, calificó de "sabia" la decisión del CEP que, en su opinión, dará un Gobierno estable al país. "Es evidente que habrá protestas por esta situación y algunos candidatos van a estar en desacuerdo, pero es una decisión del único órgano constitucional competente en esta materia", añadió Valdés.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, que ha estado presente en las negociaciones, expresó en un comunicado su satisfacción por el acuerdo, que considera "un paso importante en dirección a construir la democracia". Insulza añadió que "aunque es cierto que hubo algunas denuncias, no se puede hablar de fraude y nadie podrá demostrar que se cometieron irregularidades".