La inspiración del poder

Claude Chabrol declaró ayer que su película L'ivresse du pouvoir (La borrachera del poder) se inspira en la realidad, a pesar de la advertencia de los títulos de crédito de que "todo parecido es pura coincidencia". Esto, según el veterano director, significa lo contrario. Aludió Chabrol al escándalo de la petrolera Elf Aquitaine como fuente de inspiración y explicó que veía en la televisión a los ejecutivos siempre morenos que decían que todo era normal, "eran astutos, pero bastantes tontos". Se entretuvo Chabrol en disquisiciones sobre el título de su película, que en inglés será La comedia del poder, pero él prefiere la borrachera porque el poder suele ir unido al alcohol.

Con Chabrol llegó ayer a la Berlinale otro clásico, Sydney Lumet, con la diferencia de que en su película Find me guilty se advertía de antemano que está basada en hechos reales. El trío de viejos monstruos se completa con el polaco Andrzej Wajda, al que la Berlinale honró con un Oso de Oro como premio a toda su carrera. Wajda anunció que está en marcha su película sobre la matanza de Katyn, ocurrida por mandato de Stalin en 1940 y en la que murieron asesinados miles de oficiales del Ejército polaco. Entre los muertos estaba el padre de Wajda.