El PSE defiende que los acuerdos de la mesa de partidos se deban tomar por consenso

La ejecutiva del PSE aprobó en su última reunión un documento, presentado ayer públicamente por su secretario general, Patxi López, en el que establece que su formación no aceptará en una futura mesa de partidos que los acuerdos se adopten por mayoría, sino por consenso. Ese consenso, apuntan los socialistas, debe regir tanto al establecer las "reglas de juego" de ese foro -composición, presidencia, etcétera- como en sus resoluciones concretas.

Para la adopción de acuerdos en ese marco "no sirve el principio de la mayoría", reza el texto de 25 folios, elaborado por el presidente de la formación, Jesús Eguiguren, y aprobado el pasado lunes por unanimidad por la ejecutiva socialista. "Este principio", prosigue, "sirve para cuestiones de legalidad ordinaria, no para aprobar las bases que han de regir la convivencia de los vascos". Los socialistas recalcan que "ningún acuerdo" es posible sin que "representantes de las dos grandes sensibilidades políticas", es decir, nacionalistas y no nacionalistas, "presten su consentimiento al mismo".

El texto aborda las condiciones en que deben darse los procesos de pacificación y normalización política en Euskadi, dos ámbitos diferentes que deben partir de forma imprescindible del cese previo de la violencia. Tras recordar el Pacto de Ajuria Enea y la resolución del Congreso y las condiciones que establecen para poner en marcha un proceso de diálogo con ETA, el documento, titulado Euskadi 2006. Hacia la libertad y la convivencia, detalla los planteamientos socialistas sobre la formación y funcionamiento de la futura mesa de partidos, en gran medida ya conocidos.

La ejecutiva socialista ratifica así que deberán estar representadas en ella "todas las sensibilidades políticas" con la única condición del rechazo a la violencia y la apuesta por los métodos democráticos. Dicho foro no puede quedar sometido a ningún "condicionante externo", incluido el posible diálogo entre el Gobierno central y ETA. Los socialistas no aceptarán condicionantes previos sobre las cuestiones a debate y acudirán a defender la Constitución y el Estatuto. Y la mesa deberá establecer un compromiso de adoptar medidas jurídicas y políticas para que lo acordado cobre virtualidad, sobre todo en lo que afecte a competencias estatales.