Las urgencias de los grandes hospitales tienen un centenar de pacientes en pasillos
Los centros más colapsados son Puerta de Hierro, el Clínico y el Doce de Octubre
Los grandes hospitales de la región amanecieron ayer con más de 100 pacientes en los pasillos de urgencias a la espera de una cama libre. La peor situación la sufrió el Puerta de Hierro, que estuvo al borde del colapso durante todo el día, con más de 20 enfermos en los pasillos. Los problemas también fueron notables en el Clínico y el Doce de Octubre, mientras que el Gregorio Marañón, que tenía 31 pacientes a las ocho de la mañana pendientes de ingreso, liberó sus pasillos por la tarde. Los hospitales Ramón y Cajal y La Paz pasaron el día sin excesivos problemas.
Felisa Álvarez, de 78 años, ingresó el pasado lunes al mediodía en las urgencias del Puerta de Hierro. Sufre una pulmonía grave y tenía fiebre muy alta. "Mi madre ha pasado toda la noche en una camilla en el pasillo, sin casi poder descansar y sin ninguna intimidad", se quejó a las diez de la mañana su hija Ofelia, enfadada.
Minutos después de las ocho de la tarde, Ofelia estaba todavía más indignada: "Sigue igual. Igual de mal, con la fiebre muy alta, e igual de incómoda. En el mismo pasillo, y aguantando todo el trasiego de gente, enfermos y trabajadores. Esto es insoportable. Ya he puesto una queja, y lo único que me dicen es que quizá la trasladan esta noche a otro hospital". Ofelia también se quejaba de que no podía acompañar a su madre: "Claro, hay tantos enfermos en los pasillos que a los familiares no nos dejan entrar. Estamos todos aquí en la sala de espera, incómodos y sin saber qué hacer".
Las urgencias del Puerta de Hierro eran a las tres de la tarde algo muy parecido a un hospital de campaña. Cada pared, cada rincón y cada dependencia del servicio había sido aprovechada para colocar una camilla con su correspondiente enfermo. La mayoría era gente mayor y con la cara crispada por el dolor, el sufrimiento o el cansancio. Una paciente de unos 70 años se resistía a ser aseada por los trabajadores del servicio ante el resto de pacientes y trabajadores e intentaba, sin éxito, evitar que sus partes íntimas quedaran expuestas.
Un portavoz del hospital admitió por la tarde la delicada situación de las urgencias, y la atribuyó a un "importante repunte" del número de pacientes que han acudido al servicio en los últimos días. El hospital había trasladado a las seis de la tarde a cinco enfermos al hospital de la Cruz Roja y al Carlos III.
El Clínico también amaneció con sus urgencias "al límite de su capacidad", según explicó un miembro de UGT. "El número de pacientes ingresados está siendo muy elevado en los últimos días. Esta mañana [por ayer] había 28 personas en los pasillos, y el lunes eran 32", explicó este portavoz sindical. Fuentes médicas explicaron que anoche esta cifra se había reducido a 18 pacientes enfermos, una cifra "que demuestra que la actividad del servicio ha sido muy alta pero que vuelve poco a poco a la normalidad".
La misma situación se produjo en el hospital Doce de Octubre. En este centro la peor situación se vivió a las dos de la tarde, cuando los pasillos de urgencias se llenaron y hubo que reforzar el servicio de enfermería, según el sindicato Satse.
Un portavoz del hospital explicó que la situación mejoró a partir de las seis de la tarde, con la derivación de ocho pacientes a los hospitales Gómez Ulla y Virgen de la Torre. Este portavoz explicó que "no hay una causa concreta que explique el aumento repentino de la actividad, aunque sí han aumentado los trastornos respiratorios y los procesos gripales". Este portavoz añadió que el "60% de los enfermos son personas mayores de 80 años y que sufren varias patologías".
También el Gregorio Marañón tenía a las ocho de la mañana 31 pacientes pendientes de ingreso, según UGT. El sindicato explicó que el pasado lunes las urgencias del hospital atendieron a 674 enfermos, cuando la cifra habitual es de entre 500 y 550 pacientes.
Fuentes sindicales y médicas de los otros dos grandes hospitales de la capital, La Paz y el Ramón y Cajal, explicaron que la actividad en sus urgencias era "intensa", pero que estaba siendo asumida sin colapsos.
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