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CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

La contaminación del aire oscurece el cielo de la región

Siete de las 13 estaciones de medición de la Comunidad superan el umbral de alerta

Jesús Sérvulo González

El cielo de la Comunidad de Madrid está turbio. En algunas localidades como Leganés se observa una densa nube de contaminación. El efecto de la polución provocado por los coches, combinado con los restos de una masa de polvo procedente del Sáhara Occidental y un fenómeno atmosférico conocido como inversión térmica, han difuminado el cielo de Madrid. De las 13 estaciones de medición ambiental, siete han superado el umbral de alerta.

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El aire de la región está sucio. Sobre los coches se acumula una ligera capa de polvo rojizo y se han incrementado las afecciones respiratorias. De las 13 estaciones de medición ambiental repartidas por la Comunidad, siete superaron ayer el umbral de alerta por concentración de partículas en al aire, fijado en 150 microgramos por metro cúbico.

La normativa comunitaria establece en 50 microgramos el nivel de partículas aceptable. Y el umbral de alerta, aquel por el cual una breve exposición supone un riesgo para la salud humana, está fijado en 150 microgramos.

Getafe, Leganés, Alcobendas, Fuenlabrada, Torrejón de Ardoz, Alcorcón y Majadahonda superaron ayer en algún momento el umbral de alerta por concentración de partículas en suspensión en el aire. Alcalá, Móstoles, Coslada, Colmenar y Aranjuez, rebasaron con creces el nivel aceptable permitido por Bruselas.

La situación se ha agravado durante los últimos días. El pasado viernes, el cielo de la capital tenía un color rojizo. Y ayer una espesa nube oscura cubrió el cielo de varias localidades de la región. La culpa la tiene una masa de polvo procedente del Sáhara Occidental que el pasado jueves alcanzó Madrid.

La nube africana conjugada con un fenómeno atmosférico conocido como inversión térmica, culpable de la ausencia de vientos, y la polución de los coches ha provocado que el aire de la región parezca más turbio. Esta situación tiene efectos sobre la salud: agudiza las crisis de asma y las alergias.

El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid aconsejaron durante la semana pasada a "los ciudadanos con problemas respiratorios y a los madrileños en general que eviten realizar actividades que supongan un esfuerzo físico al aire libre". Pero para ver el aviso había que acceder a la web de la Comunidad y hacer varios clics antes de encontrarlo.

El aspecto del cielo de Madrid mejoró durante el pasado fin de semana. La reducción de la circulación de vehículos ayudó a que la masa de polvo sahariano, compuesta por partículas de arcillas, cuarzo y óxido de hierro se difuminase. Pero ayer, con el regreso de los atascos la contaminación se acentuó.

"La nube africana no ha sido tan grave. El verdadero problema está en los coches", explica Juan García responsable de Ecologistas en Acción. "Cerca del 80% de la contaminación proviene del tráfico de vehículos. El dióxido de nitrógeno está en niveles muy altos", según Santín.

"La matriculación de vehículos diésel reduce el consumo pero aumenta la contaminación", afirmó ayer Juan García Vicente, responsable de Ecologistas en Acción.

Leganés, contaminado

Leganés es una de las poblaciones con el cielo más sucio. Según la red de control de la calidad del aire de la Comunidad de Madrid, la ciudad sureña registró ayer un pico en la concentración de partículas microscópicas de más de 338 microgramos, más del doble del umbral de alerta. Además, estuvo durante más de seis horas por encima de este nivel. Durante el pasado enero, la media de concentración de partículas en la ciudad sureña ascendió a 52 microgramos por metro cúbico. Fuentes del Ayuntamiento de Leganés atribuyen este hecho "al tráfico extraterritorial de la localidad". La estación de medición ambiental ubicada en Leganés está próxima a varias carreteras con un alto nivel de tránsito de vehículos: M-40, M-45, la carretera de Toledo y la radial 5.

Ayer el sistema de medición ambiental de la Comunidad de Madrid detectó una alarmante concentración de partículas en el aire de 993 microgramos por metro cúbico, casi 20 veces más que lo permitido por Bruselas. El Ayuntamiento de Leganés aseguró ayer que esta incidencia se debió a un error en el sistema informático o a un fallo en el calibrado de los equipos.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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