El Consistorio afirma que los trabajos sólo causan polución en su entorno

El director de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Madrid, Ángel Sánchez, reconoció ayer que las obras de la M-30 generan contaminación, pero no la suficiente como para influir en los índices de toda la ciudad. Según el director de Sostenibilidad, las obras de la M-30 sólo producen polvo y de forma muy localizada. "En un entorno muy inmediato al punto de la obra", agregó. Además, según él, no pueden tenerse en cuenta las mediciones en algunas horas, como las de ayer, que llegaron a los 300 microgramos de partículas en suspensión.

Además, Sánchez explica que la imposibilidad de baldear la vía pública por la sequía ha potenciado los efectos de "resuspensión" de las partículas que ocasionan las obras.

La estación de medición de la plaza de Luca de Tena, la más cercana a las obras de la M-30, no cumple la normativa de la UE. El PSOE considera que el hecho de que esté en un jardín, rodeada de árboles, hace que sus mediciones sean inferiores a las reales. Por el contrario, Sánchez, sostiene que la estación "mide de más" porque está en una zona que es un punto negro de contaminación. "La red automatizada de medición se hizo a finales de los años setenta y los criterios eran otros", explicó.

La Concejalía de Medio Ambiente explicó que el movimiento de los coches reavivó en la mañana de ayer la capa de polvo sahariano que se había depositado sobre el asfalto durante el domingo, tras estar en suspensión durante los días precedentes. El Ayuntamiento cifró los valores medios de contaminación de ayer en unos 80 microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico de aire y lo atribuyó en buena parte a esa entrada de masa de aire africano. Sánchez recuerda que "episodios de intrusión de polvo sahariano y picos de contaminación se han producido toda la vida en esta ciudad, y no como consecuencia de las obras". Sin embargo, ayer a las seis de la tarde, en la estación de Escuelas Aguirre -en el barrio de Salamanca-, el pico que se alcanzó fue de 600 microgramos.

La directiva de la UE recomienda no rebasar más de 35 días al año el umbral de 50 microgramos de partículas por metro cúbico de aire. Según Ecologistas en Acción, Madrid lo ha hecho en 65 ocasiones (contando las estaciones por separado).