Cheney, implicado en el escándalo de las filtraciones
A pesar de que el juicio contra Lewis Libby, ex número dos del vicepresidente de EE UU, Dick Cheney y acusado de perjurio, falso testimonio y obstrucción a la justicia, no se celebrará hasta dentro de 11 meses, sus abogados defensores empiezan a calentar motores. La defensa de Libby alegará que Cheney participó en la filtración de información clasificada a la prensa en los momentos previos a la intervención militar en Irak, lo que significó la exposición a la luz pública de la agente de la CIA Valerie Plame, según informaba ayer la cadena de televisión NBC.
Según la cadena, uno de los abogados de Libby discutió el asunto con el fiscal especial Patrick Fitzgerald y el juez del caso, Reggie Walton, en una charla telefónica. La referencia a la conversación telefónica y al papel de Cheney se habrían puesto al descubierto hace unos días cuando el Tribunal Federal publicó una serie de cartas entre Fitzgerald y el abogado de Libby, John D. Cline.
En una carta a los abogados de Libby, de la que se hacían eco ayer todos los medios de comunicación estadounidenses, el fiscal Fitzgerald escribe que el ex ayudante de Cheney testificó ante el gran jurado que había sido "autorizado por sus superiores" a filtrar información a los reporteros en la que reveló el contenido de la Valoración de Inteligencia Nacional. En la carta no se menciona quiénes son esos superiores. Pero el National Journal, el primer medio en informar sobre la carta, cita a Cheney y otros altos cargos de la Casa Blanca como los responsables de autorizar la filtración. La cadena CNN informaba ayer de que una fuente legal implicada en el caso aseguró que Libby no testificó ni nunca sugirió que nadie de la Administración -incluido Cheney- hubiera autorizado revelar el nombre de Plame. Otro abogado de Libby, William Jeffress, declaraba a Associated Press que la idea de que Libby intentara escurrir su responsabilidad y pasar la culpa a sus superiores era "todo una mentira".
Libby fue acusado en octubre de obstrucción a la justicia, perjurio y falso testimonio en la investigación del caso Plame, que arrancó en julio de 2003 con la publicación del nombre de la espía.
Plame es esposa del ex diplomático Joseph Wilson, quien acusó a la Casa Blanca, en The New York Times, de manipular la información para justificar la invasión de Irak. El ex diplomático acusó posteriormente a la Administración Bush de querer vengarse de él con la publicación del nombre de su esposa. Wilson había viajado a Níger en 2002 en una misión de la CIA para comprobar la veracidad de un informe según el cual Sadam había tratado de adquirir uranio enriquecido. Aunque concluyó que las sospechas eran infundadas, Bush utilizó la información.
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