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Los ministros del G-8 exigen garantías a Rusia sobre el suministro energético a la Unión Europea

Los ministros de Finanzas el Grupo de los Ocho (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia) quieren que Rusia, el principal país productor de petróleo fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), proponga un plan para garantizar el suministro de energía a la Unión Europea a fin de evitar recortes de gas como los practicados por Rusia a Ucrania, Georgia y la República Moldova. La presidencia rusa, a su vez, ha colocado el asunto como el tercer tema de la agenda, tras la liberalización comercial y el impacto del petróleo en la economía mundial.

La reunión de ministros de Finanzas del G-8 supone la inauguración de la primera presidencia rusa del club de los países más ricos del mundo. Pero no será ésta ni la primera ni la última oportunidad en la que Rusia, según miembros de la Unión Europea, debe diseñar un plan para dar mayor seguridad a los suministros de energía. En el proceso de adhesión al G-7, que luego pasaría a ser el actual G-8, Rusia organizó, ya en 1998, una conferencia para debatir los problemas energéticos globales.

La agenda elaborada por el ministro de Finanzas de Rusia, Alexei Kudrin, bajo la supervisión del presidente Vladímir Putin, que anoche ofreció una cena a los ministros, colocó el tema "del desarrollo y la energía" como el tercer asunto de la agenda, sólo por delante de "las enfermedades infecciosas".

En cambio, la "economía mundial y el comercio" está situado como el primero, al que le sigue "la economía y el petróleo". En el debate sobre la liberalización comercial, el G-8 parece estar dispuesto a dar un impulso político para que se avance, el próximo 30 de abril, en la implementación de los pactos de Hong Kong sobre la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas en la Unión Europea y Estados Unidos, y otros capítulos pendientes. Existe consenso en que sin este impulso, será difícil clausurar la Ronda de Dohá, a finales de 2006.

Precisamente, participan hoy en el examen de la situación de las negociaciones, junto con los ministros del G-8, los ministros de Finanzas de China, India, Brasil y Suráfrica, especialmente invitados. Por tanto, si hay un foro adecuado para relanzar esas negociaciones es el del G-12 (es decir, los más ricos más los países emergentes).

Hasta el momento, las exhortaciones tanto del G-8 como del Fondo Monetario Internacional (FMI) en relación con la necesidad de contener la subida de los precios del petróleo no han conseguido moderar la presión en los mercados. A los 63 dólares por barril actuales cualquier aumento en los conflictos geopolíticos de Oriente Próximo (ahora, Irán) tiene un impacto directo incrementando la volatilidad. "Cuando se analiza la formación de precios no hay que perder de vista la cantidad de dinero que los inversores han metido en el mercado de futuros del petróleo. Mucho dinero está abandonando en los últimos meses las bolsas y el sector inmobiliario. ¿Y dónde va? Al mercado de futuros del petróleo. Esta apuesta impulsa hacia arriba el precio de corto plazo", explicó a este periódico Robert Mabro, director del Oxford Energy Seminar.

La reunión del G-8 que comenzó anoche con la cena ofrecida por Putin examinará los problemas económicos mundiales bajo el impacto de una nueva noticia negativa. El déficit comercial de Estados Unidos, según se informó ayer, alcanzó un récord de 726.000 millones de dólares en 2005, como resultado de un aumento de las importaciones procedentes de China y unos elevados precios del petróleo.

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