Desatención

En ocasiones, parece que a uno le toman por el pito de un sereno. Peor aún es cuando esta sensación viene dada por el comportamiento de grandes empresas, como en mi caso es Iberdrola, en Irún. Los dirigentes de estas macroempresas no vienen a valorar los perjuicios que ocasionan cuando se inhiben de cumplir sus responsabilidades. Sobre todo cuando esto afecta a los ciudadanos de a pie, que se ven impotentes ante los abusos que sufren, y más aún cuando, como en esta ocasión, una de las personas afectadas es una persona de una cierta edad, viuda pensionista.

Iberdrola dispone de un local en la calle Pio XII de Irún que está situado encima de unos garajes de propiedad privada. Esta dependencia tiene una tapa que da al exterior y cuyo estado es deficiente, de modo que en los días de lluvia el local se inunda. Ello significa que, finalmente, el agua de lluvia se filtra y cae a los garajes situados abajo.

El señor Irazu, responsable de Iberdrola en Irún, aprovechándose de la juventud y buena voluntad de un joven administrador de fincas responsable de los garajes, se inhibe de sus responsabilidades, dando todo tipo de evasivas en vez de tomar cartas en el asunto, que podría zanarse simplemente con el cambio de la tapa en cuestión. Que el problema viene dado por la tapa ha sido demostrado ante seis personas que se trasladaron al lugar para ejecutar una prueba de cómo el agua pasaba y se introducía en las dependencias de Iberdrola.

El problema puede ser todavía más grave, porque próximo al punto por el que entra el agua se encuentra un transformador eléctrico, que se podría ver afectado por las filtraciones.