El secuestro de un diplomático egipcio en la franja de Gaza agrava una situación caótica
La situación en la franja de Gaza se aproxima al caos. Aunque las manifestaciones en protesta por las caricaturas de Mahoma remiten, los lanzamientos de cohetes artesanales Kassam por las milicias palestinas y las represalias israelíes suben de tono cada día. Cinco activistas palestinos han muerto desde la noche del miércoles. Además, un diplomático egipcio fue secuestrado ayer en pleno centro de e Gaza. Nunca un representante del Gobierno de Egipto había sido raptado en este territorio palestino.
El miércoles, dos militantes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa -brazo armado del Al Fatah, el partido del presidente, Mahmud Abbas- murieron cuando se acercaban al cruce fronterizo de Karni, por donde se exportan las mercancías desde Gaza. El Ejército israelí informó de que un tanque disparó contra tres hombres que se aproximaban a la terminal de carga.
Ayer por la mañana, en el paso de Erez, dos milicianos fueron acribillados tras atacar con granadas a soldados israelíes. Los agresores fallecieron y, siempre según el Ejército, uno de ellos portaba un cinturón con explosivos. Por la tarde, otros dos activistas dispararon contra los uniformados. Uno cayó muerto y el segundo herido. El cruce de Erez fue clausurado hasta nuevo aviso por las autoridades castrenses israelíes, que informaron de que 28 guerrilleros palestinos han perecido desde que concluyera la evacuación de la franja de Gaza en septiembre, 15 de ellos desde el pasado domingo.
Igualmente grave es el secuestro de Husam al Musaili, agregado militar de la representación diplomática egipcia en Gaza. Al Musaili fue forzado a bajar de su vehículo por hombres enmascarados cuando se dirigía a su oficina. Ningún grupo palestino ha reivindicado el rapto, el primero de un ciudadano árabe en este territorio. Un hecho que ha extrañado porque la presencia de funcionarios egipcios en Gaza es notoria y el Ejecutivo de este país goza de buenas relaciones con los grupos armados y ha ejercido de mediador en sus interminables disputas internas. Desde octubre de 2003, cuando un convoy de diplomáticos estadounidenses fue atacado en Gaza, no se registraba un asalto contra representantes de Gobiernos extranjeros en la franja.
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