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La OTAN reafirma su voluntad de controlar la seguridad en todo Afganistán

Los ministros de la Alianza Atlántica expresan su apoyo a Dinamarca y Noruega

Los ministros de Defensa de la OTAN ratificaron ayer en los más decididos términos la voluntad aliada de continuar en Afganistán y mantener, conforme a lo previsto, el plan de expansión que verá a tropas aliadas hacerse cargo de la seguridad en el sur del país el próximo verano. Para posterior fecha, aún por determinar, todo Afganistán estará bajo protección aliada. "La más mínima duda de desplegarse en el sur será una victoria de los talibanes", dijo a sus colegas el ministro danés.

Los 26 ministros de la Alianza Atlántica pasaron revista a lo ocurrido estos días en Afganistán, con ataques a instalaciones aliadas y muertes, y en términos técnicos encontraron que la conducta de los soldados fue impecable. La animosidad de los más radicales fue recibida por la Alianza como una señal de actuar con decisión. "Eso está claro y los ministros han manifestado su pleno compromiso con la expansión en las provincias del sur", señaló el secretario general, Jaap de Hoop Scheffer.

Los reunidos manifestaron su solidaridad y apoyo a daneses, como objeto de las iras de los musulmanes más extremistas, y a los noruegos, responsables del puesto atacado el pasado martes en Maymana, en el norte del país. Todos insistieron en la necesidad del diálogo, en el respeto y en trabajar para reducir tensiones. También en la necesidad de no flaquear en los planes de desplegarse en el sur, camino de que la OTAN se haga cargo de la seguridad en todo Afganistán. "La más mínima duda de desplegarse en el sur será una victoria de los talibanes", dijo a sus colegas el ministro danés, Soren Gade, reconfortado por el apoyo recibido de sus colegas. "Vamos a Helmand porque el éxito en Afganistán es vital", añadió.

Helmand es una de las siete provincias sureñas del país asiático que este verano pasarán de estar bajo el control estadounidense de la antiterrorista operación Libertad Duradera, a ser responsabilidad de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), de la que es responsable la OTAN. Dinamarca enviará unos 300 efectivos.

Preguntado el secretario general Scheffer si la crisis de las caricaturas había hecho pensar a los aliados en prescindir de la contribución danesa respondió: "No".

La operación en Afganistán es la más ambiciosa de la OTAN, decidida a hacer todo lo posible para consolidar un régimen que no existiría sin el apoyo occidental. Donald Rumsfeld, el jefe del Pentágono, manifestó antes de llegar a Taormina que la cuarta y última fase del control aliado de Afganistán, la expansión al Este, el corazón de la resistencia talibán, debería culminar a finales de este año o principios de 2007. Scheffer no pudo precisar fecha para ese salto.

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"La cuarta fase corresponde a una zona basada fundamentalmente en la presencia de Estados Unidos. Serán operaciones distintas, pero acabará por producirse y no será mucho más tarde de la tercera", la extensión al sur, dijo.

El comandante supremo aliado, el general James Jones, explicó recientemente que el reconocimiento de que todo Afganistán estará bajo tutela de la OTAN será una decisión política, porque técnicamente lo estará desde el momento en que la región del Este seguirá con el estatus de operación Libertad Duradera.

Varios países, entre ellos España, quieren que haya una distinción clara entre ambas, para lo que se está perfilando una estructura de mando que deje el este afgano bajo un general norteamericano e ISAF bajo otro general aliado, ambos subordinados al mismo jefe único de todo el proceso.

La extensión al sur se ha retrasado hasta pleno verano y allí entrarán, además de los daneses, unos 3.300 británicos y 1.200 holandeses, además de continuar 1.400 canadienses y también soldados de Estados Unidos, entre otros. El pasar la responsabilidad del sur a ISAF (que incrementará sus fuerzas de los actuales 9.000 soldados hasta 15.000) permitirá a Washington retirar 2.500 de los alrededor de 19.000 efectivos que mantiene en operación Libertad Duradera en el sur y este de Afganistán.

Donald Rumsfeld (izquierda) conversa con el ministro José Bono a través de una intérprete.
Donald Rumsfeld (izquierda) conversa con el ministro José Bono a través de una intérprete.EFE

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