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Aguirre arremete contra el Gobierno tras negarse a asistir a un acto con Gallardón y Zapatero

El presidente y el alcalde vuelven a presentar el proyecto de Ley de Capitalidad

La segunda presentación oficial de la Ley de Capitalidad en mes y medio sirvió ayer de excusa a los máximos responsables de los Gobiernos central, autónomo y municipal para realizar una escenificación a tres bandas: el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, escenificó su compromiso con Madrid en un acto multitudinario en La Moncloa. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, escenificó su compromiso con la "cohesión de la nación española"; y la presidenta regional, Esperanza Aguirre, escenificó su enfrentamiento con el Ejecutivo eludiendo acudir al acto y enviando a su número dos, Ignacio González. Éste, que no pudo hablar, acusó después a Zapatero de "castigar" a la Comunidad.

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Del proyecto de Ley de Capitalidad y Régimen Especial de Madrid -que ya fue presentado por el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, el pasado 20 de diciembre y remitido a las Cortes dos días después- no se dijo nada nuevo ayer.

Todos reiteraron lo que ya se sabía: que la ley no aportará al Ayuntamiento más dinero -ese asunto queda relegado a la futura Ley de Haciendas Locales-, pero sí le dará ciertas competencias en materia de seguridad ciudadana y le permitirá participar en organismos como el aeropuerto de Barajas, Renfe o la Confederación Hidrográfica del Tajo. Y que, además, se creará una comisión con participación de las tres administraciones para "coordinar" todas aquellas políticas relacionadas con el carácter de capital de Madrid: organización de eventos internacionales, seguridad, movilidad, etcétera.

El ministro Sevilla, que habló el primero, afirmó que la ley viene a reconocer que "la capital debe tener un tratamiento específico, porque tiene una problemática distinta", y señaló que, "tras varios meses de intensos contactos", el texto es fruto del "consenso" entre las tres administraciones. Sin embargo, después de él sólo hablaron el alcalde y el presidente del Gobierno. La tercera administración, la Comunidad, no tuvo voz porque su máxima representante, Esperanza Aguirre, no acudió -alegó que tenía un acto con el presidente del PP, Mariano Rajoy, en Móstoles-, y al vicepresidente regional, Ignacio González, no le dieron la palabra los servicios de protocolo.

Ruiz-Gallardón utilizó su discurso para reivindicar a Madrid como capital "de una gran nación, la Nación española, una realidad jurídica, histórica y emocional muy antigua y muy necesaria, de cuya buena salud depende el bienestar, la convivencia y el desarrollo de 44 millones de ciudadanos". Insistió abogando por la "cohesión" y la "obligación de afianzar la solidaridad entre territorios", "cuidar los símbolos" y no permitir "privilegios" de unos sobre otros; y concluyó con las palabras de Antonio Machado que minutos antes había recitado en el escenario el actor José Luis Gómez: "Madrid, rompeolas de todas las Españas".

"El mejor espejo del país"

Tomó el relevo el presidente Rodríguez Zapatero -el único que citó, al menos, las principales medidas incluidas en la futura Ley de Capitalidad- y, donde el alcalde había hablado de la "nación", Zapatero habló del "Estado español" o del "país". Después de mostrar su agradecimiento a "la ciudad de Madrid" por su "colaboración leal", el presidente afirmó que la capital es "el mejor espejo del país ante el mundo". Y añadió: "Pero Madrid sabe que España ni empieza ni termina aquí. Madrid es el centro, pero no es ni debe ser centralista. Cuanto más dispuesta esté a compartir, más capital será de todos".

"Casi 30 años después de que lo reconociera la Constitución, ésta es la primera Ley de Capitalidad que se aprueba. Y digo la primera porque en el futuro podría cambiarse, mejorarse, en función de la evolución de las cosas", subrayó Zapatero, antes de concluir que, a partir de ayer, Madrid es "más ciudad y más capital al servicio del Estado".

El vicepresidente González no pudo hablar ante las más de 100 personas que abarrotaban la sala -el servicio de protocolo tenía orden de dar la palabra a la presidenta Esperanza Aguirre, no al vicepresidente-, pero citó después a los periodistas en los pasillos para quejarse amargamente del trato recibido. "La Comunidad también firma este proyecto de ley, pero no ha podido hablar. Zapatero ni me ha saludado. Es una muestra más de su política de confrontación y de castigar a Madrid", afirmó. González aprovechó para recordar que la Ley de Capitalidad no tiene capítulo financiero, lo que la convierte en una ley "corta", y que el de ayer era el "tercer acto promocional de Zapatero en Madrid", después del arranque de la Operación Campamento y la inauguración del nuevo Barajas.

"Es Esperanza Aguirre quien ha despreciado a los madrileños al no acudir a un acto tan importante como el de la Ley de Capitalidad para ir a un acto partidario, del PP", replicó más tarde Rafael Simancas, secretario general del PSOE madrileño.

Ningún dirigente de IU acudió al acto. Inés Sabanés, portavoz en el Ayuntamiento, lo explicó así: "Consideramos que la Ley de Capitalidad obedece más a un juego de equilibrios de poder entre las tres administraciones que a los intereses de Madrid. Tiene graves carencias que IU tratará de resolver a través de enmiendas en el Congreso".

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