GM recorta el dividendo y el sueldo del presidente a la mitad
El gigante de Detroit intenta dar credibilidad al plan de ajuste
General Motors (GM), el mayor fabricante de coches del mundo, presentó ayer nuevas medidas para salir de la crisis, en un nuevo intento de demostrar a Wall Street que su plan de reestructuración es creíble. En paralelo a una reducción de prestaciones sociales y de los sueldos de los principales ejecutivos, recortará a la mitad el dividendo anual a los accionistas, hasta un dólar. Es el primer recorte del dividendo en 13 años.
El anuncio se hace un día después de que la ejecutiva de General Motors cediera ante la presión del magnate Kirk Kerkorian, el mayor accionista privado del grupo automovilístico de Detroit (con el 9,9% del capital), y aceptara que su hombre de confianza, Jerome York, se sumara a su consejo de administración. Pero Rick Wagoner, presidente ejecutivo de GM, negó que estos cambios estén ligados a la llegada de York al directorio.
La reducción a la mitad del dividendo permitirá a GM ahorrar hasta 565 millones de dólares anuales (472 millones de euros). En paralelo, Wagoner se reducirá su sueldo a la mitad y en un 30% a sus vicepresidentes y al director financiero del grupo. Los máximos ejecutivos tampoco recibirán bonos por los resultados del ejercicio 2005. Y los directores externos verán reducida su paga un 50%.
La compañía se plantea además congelar las prestaciones sanitarias a sus empleados y pensionistas en EE UU a partir de 2007, con lo que espera ahorrar hasta 5.700 millones de dólares (unos 4.800 millones de euros). Se trata, como dijo Wagoner, de "sacrificios importantes para los empleados, accionistas, jubilados y ejecutivos de la compañía".
El gigante de Detroit busca así relajar la tensión con el principal sindicato, United Auto Workers, para que acepte el drástico ajuste de plantilla (cerca de 30.000 despidos, el 27% de su plantilla en América del Norte) y los recortes en las prestaciones sociales que se exigen desde la dirección a los trabajadores.
Los sindicatos criticaban a los gestores del fabricante porque los sacrificios se estaban concentrando hasta ahora sólo a los empleados de cuello azul, esto es, los obreros.
Las medidas anunciadas ayer no resuelven el agujero financiero que tiene el gigante de Detroit, pero sirven para lanzar un mensaje a los inversores de que su plan de reestructuración es drástico. GM cerró el ejercicio 2005 con unas pérdidas acumuladas de 8.550 millones de dólares (7.200 millones de euros). Wagoner insiste que el sector de la automoción en EE UU se enfrenta a un cambio dramático que obliga al grupo a "contemplar vías adicionales para reducir los riesgos financieros y mejorar la competitividad a largo plazo".
Más austeridad
Jerome York, el hombre de Kirk Kerkorian, ya exigió hace un mes a los ejecutivos de GM que debían ser más austeros y propuso la reducción del dividendo a los accionistas y de sus sueldos como medicina para la crisis.
Sigue abierta la puja por la filial financiera de General Motors (GMAC), por la que ya han mostrado su interés dos consorcios liderados por Citigroup y Wachovia, operación con la que la automovilística podrían ingresar hasta 11.000 millones de dólares.
En el colapso de General Motors mucho tiene que ver, como en la crisis de Ford, los fabricantes japoneses y surcoreanos.
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