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LA RIQUEZA DE LA TEMPORADA ARTÍSTICA

250 obras muestran en Barcelona la pasión de Picasso por el dibujo

La exposición inaugura las celebraciones del centenario del regreso del artista a la ciudad

En 1906 Picasso regresa con su mujer, Fernande Olivier, a Barcelona, la ciudad donde se había formado y había encontrado respuesta a sus primeras inquietudes artísticas y vitales. Cien años después, el Ayuntamiento de Barcelona y el Museo Picasso celebran la efeméride, coincidiendo con el 125º aniversario del nacimiento del artista, con un conjunto de eventos, reunidos en el programa Picasso 2006 BCN, que se inaugura hoy con la exposición Picasso. La pasión del dibujo.

La exhibición, abierta en el Museo Picasso hasta el 7 de mayo, reúne 239 dibujos, realizados entre 1894 y 1972, que ofrecen un exhaustivo recorrido por la trayectoria de Picasso y revelan la génesis de sus obras esenciales. También se exhiben siete esculturas, dos óleos y seis cuadernos, que subrayan la relación del dibujo con los demás aspectos de la obra picassiana. "Los 20.000 dibujos, sin contar los carnets, realizados por Picasso a lo largo de su vida, conforman un laboratorio de ideas, signos y formas, que ha cambiado la iconografía del siglo XX", afirmó Dominique Dupuis-Labbé, conservadora del Museo Picasso de París y comisaria de la exposición.

Interés por el cuerpo

El recorrido se desarrolla de forma cronológica, a partir de un busto inspirado en la tradición clásica que demuestra tanto la educación académica de Picasso como su maestría con tan sólo 13 años. Dos retratos de hombres, "al estilo de Ramón Casas", que se presentaron en la primera exposición de Picasso en Els 4 Gats, dan fe de su encuentro con la vanguardia modernista, que tuvo un papel fundamental en su formación.

Desde sus inicios, Picasso demuestra un especial interés por el cuerpo humano, así como una extraordinaria capacidad de observación de su entorno, que inmortaliza tanto en dibujos instintivos y rápidos, como en piezas muy trabajadas. "Picasso tiene una enorme capacidad de asimilación, nunca copia; se mide con todos los temas y las técnicas en un proceso de investigación que continúa a lo largo de toda su vida", explicó la comisaria.

Antes de volver a Barcelona en 1906, Picasso descubre la Dama de Elche y el arte ibérico, en el Louvre, y el arte primitivo africano gracias a Matisse, y los añade a su ideario durante su estancia en el pueblo de Gósol. Lo demuestran dos retratos de Josep Fontdevila, que ilustran el paso del realismo a los rostros-máscaras del cubismo, y un autorretrato que revela su atracción por las caras de mirada fija del románico catalán. Los estudios preparatorios para Les demoiselles d'Avignon, "la obra de 1907 que reorienta la historia del arte del siglo XX", ponen de manifiesto la desbordante atracción de Picasso por los temas eróticos. "Hombre joven de su tiempo, Picasso frecuentaba los prostíbulos y, ya que no podía pagarse modelos, muchas de las maternidades del periodo azul son prostitutas", señaló Dupuis-Labbé.

La desestructuración y multiplicación de las formas que caracterizan las obras del cubismo analítico llegan a tal nivel de hermetismo que provocan un regreso del artista hacia el clasicismo. Son los años de la colaboración con los Ballets Rusos de Diaghilev, de los retratos de músicos como Falla y Stravinski y de poetas como Max Jacob y Apollinaire. El triunfo de la pasión y la sexualidad, correspondiente a la década (1927-1937) del amor por Marie Thérèse Walter, es inmortalizada en una cabeza descaradamente formada por órganos sexuales, y deja paso a los años de la guerra y a la musa de este periodo, Dora Maar. "Los cuerpos ya no son maltratados y destrozados por el sexo y el deseo, sino por la violencia, el sufrimiento y las privaciones", subrayó la comisaria. Se centra en los años de la guerra también la sala a pie de calle donde se exhibe la serie de El Hombre del cordero, que incluye un dibujo legado al Museo Picasso de París por el policía que ayudó al artista malagueño a renovar sus papeles durante la ocupación y le protegió cuando la Gestapo irrumpió en su taller en 1943.

Con motivo de la inauguración, el concejal de cultura barcelonés Ferran Mascarell anunció un acuerdo de colaboración con la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que contribuye al programa Picasso 2006 BCN con 600.000 euros. Este apoyo se enmarca en el proyecto de conmemoración de la llegada del Guernica a España, que se celebrará a partir de junio.

Aspecto parcial de la exposición, con una escultura y un dibujo de Picasso.
Aspecto parcial de la exposición, con una escultura y un dibujo de Picasso.JORDI ROVIRALTA

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