La Hispalense exige a las facultades que reconozcan los créditos de las becas Erasmus al menos en un 75%
Es el propio Rectorado de la Universidad de Sevilla el que ha dado un paso adelante para acabar con la idea de que la beca Sócrates-Erasmus es sólo una experiencia en el extranjero que no puntúa en el currículo del estudiante. El vicerrectorado de Relaciones Internacionales va a mediar entre las facultades y los alumnos becados para garantizar que su esfuerzo en el extranjero se les reconozca en sus expedientes cuando regresen.
Así pretenden terminar con "la visión conservadora de algunos docentes que se han negado a admitir que un curso en una universidad extranjera pueda convalidarse con los planes de estudios de aquí", asegura la directora del Secretariado de Relaciones Internacionales, Eulalia Petit. Este año la Hispalense garantizará a los que se marchen el reconocimiento académico de, al menos, tres cuartas partes de un curso (60 créditos en nueve meses). La convocatoria para optar a una beca Sócrates-Erasmus se cierra mañana.
Hay una lista donde elegir de 389 universidades distribuidas en 27 países. Más de mil alumnos suelen optar a esa beca, pero cada año se producen el 10% de renuncias. Muchas de ellas caen porque la financiación es débil y otras porque el alumno teme perder un año si sus profesores deciden no convalidarle las asignaturas. Al no haber una equivalencia directa entre los planes de estudios de aquí y los de una universidad francesa, por ejemplo, el estudiante podía invertir nueve meses para obtener sólo 10 créditos reconocidos.
Este año, quien haya decidido estudiar en Varsovia o en Londres puede irse tranquilo. El rectorado se asegurará de que la beca no sea una mera excusa para aprender un idioma. "No queremos que vayan a aprender inglés, queremos que sigan sus estudios en inglés", matiza Eulalia Petit. Desde hace ya cuatro años la Hispalense exige a las facultades que firmen un "acuerdo de estudios" obligatorio por el que el profesor responsable de la beca se compromete a reconocer académicamente los estudios en el extranjero. "Se trata de un acuerdo vinculante, así que si el profesor o la facultad no lo cumplen, el rectorado lo ejecuta", aclaró Petit.
Puede que la planificación y el control que Relaciones Internacionales aplicará este curso a las becas Erasmus esté inspirado en la experiencia que la propia directora del secretariado recuerda de su año como becaria en el extranjero. "Estudié un curso de Derecho en París. Cuando regresé a la Hispalense no me convalidaron ni una sola asignatura porque no se correspondían con el programa de aquí. A veces nos hemos topado con docentes que acusaban a los alumnos de irse de vacaciones, pero si no se les reconoce el esfuerzo académicamente, es normal que ellos mismos acaben por asumir esa idea", concluye.
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