Menos religión, más educación
Si nos rigiéramos por un sentido común, provechoso, valiente y carente de beneficios para algunos, la asignatura de religión sería sustituida en los primeros ciclos de educación en todos los centros de enseñanza, por otra asignatura cuyo temario fuese, entre otros, la educación vial; los primeros auxilios; la tolerancia y el respeto a las culturas, ideas y opciones, distintas a las nuestras, y que no recorten la libertad de los demás; el trabajo de las distintas ONG;...
Y si se persistiera en enseñar y aprender religiónes, que fuese dentro de la asignatura de Humanidades, por formar parte de ella desde el comienzo de los tiempos, y si se quisiera hacer más hincapié en alguna, que se tuviera las oportunidad de hacerlo como una actividad extraescolar.
Así, se formarían ciudadanos mejor preparados, con más educación, y que en su mayoría de edad tomarían una decisión libre y meditada sobre sus tendencias religiosas, y no como ahora en la que la inmensa mayoría lo hace de una forma folclórica, populista e inducida por nacimiento.
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