Imagen de la memoria

Francisco Díaz de Castro (Valencia, 1947) mantiene una vinculación intensa con este País, con sus personas, con la creación, incluso con la evocación de la lengua. Su último libro Hasta mañana, mar recibió el Premio Ciudad de Melilla y ve ahora la luz, compendiando las señas de identidad de la poesía de Díaz de Castro.

Los poemas sobre el País Vasco reciben nombres en euskara, como Kresala, o se corporeizan en un revisitado Bilbao, Volver a Bilbao.

Aunque su poesía se haya definido como poesía de la experiencia, los años pasan y la experiencia se convierte en memoria en este libro, una imagen de la memoria que surge de las ruinas, como se subraya en la cita que abre del libro, como símbolos de la permanencia. Hasta mañana, mar es un libro de la percepción de un mundo que se ha perdido, pero que permanece aferrado en un recuerdo nuevo y claro.

"En los ratos a solas la memoria / impone realidades que se escapan" y el poeta quiere recogerlas en el dulce alivio del verso, mantenerlas firmes. Es el tiempo ido el que recrea una voz melancólica, serena y clara, en tres tiempos: Sol de niebla, la leve impronta de un tiempo feliz que se ve desde la lejanía y el matiz; Canción apenas, donde el poeta retoma los versos populares para decir canciones que son, a una, apenas canciones y canciones a penas, y Caravana un recuerdo de ciudades, una sucesión de momentos recordados.

Si algo permite sentir que estamos ante un poeta de gran aliento, eso permanece a la unidad de sentido del libro, a una férrea conciencia que da en la expresión una mirada clara sobre lo que uno fue y, que por ello, sigue siendo.

Francisco Díaz de Castro: Hasta mañana, mar. Ciudad de Melilla-UNED. Madrid. 2005. 84 páginas.