China eleva un 26% las inversiones exteriores y firma una alianza energética con Arabia Saudí
Las empresas chinas prosiguen su avance en el extranjero en busca de materias primas y nuevos mercados. Las multinacionales del país asiático invirtieron 6.900 millones de dólares (5.700 millones de euros) fuera de sus fronteras el año pasado, según informó ayer el Ministerio de Comercio. Esta cifra representa un aumento del 26%, pero el ritmo de crecimiento es inferior al experimentado en 2004, cuando fue del 93%.
La inversión directa total acumulada a finales de 2005 en el extranjero sumó 50.000 millones de dólares (41.340 millones de euros). Gran parte de ella -14.800 millones de euros- ha sido realizada entre 2002 y 2005.
El Gobierno lleva varios años impulsando a las compañías a que se internacionalicen y efectúen adquisiciones, como parte de la política denominada "salir fuera". Esta estrategia permite a las empresas asiáticas, muchas de ellas de propiedad estatal, hacer uso de las cuantiosas reservas en divisas extranjeras de que dispone el país.
Las compañías chinas han acelerado en los últimos años la compra de intereses energéticos, como campos petrolíferos y de gas; grandes empresas tecnológicas, como la división de ordenadores personales de IBM, y otros activos. Por un lado, Pekín pretende asegurarse los recursos y materias primas con que alimentar su voraz economía, y, por otro, adquirir marcas reconocidas y tecnología.
A principios de 2005, el Gobierno elevó el límite de divisas extranjeras que los chinos pueden adquirir anualmente para inversiones internacionales a 5.000 millones de dólares (4.073 millones de euros), frente a los 2.688 millones de euros establecidos hasta entonces. Las autoridades han afirmado que estudian eliminar completamente esta barrera.
La inversión china fuera de sus fronteras está, sin embargo, muy lejos de la que recibe. Ésta -excluida la realizada en el sector bancario, en aseguradoras y valores- ascendió el año pasado a 49.860 millones de euros, un 0,5% por menos que en 2004. Se trata de la primera vez que el montante cae desde 1999.
Acuerdo
Por otra parte, China y Arabia Saudí sellaron ayer en Pekín un acuerdo de cooperación energética, en el marco de la visita que el rey saudí Abdullah está realizando al país asiático. Se trata del primer viaje que efectúa un monarca del reino árabe a China desde que ambos Gobiernos establecieron relaciones diplomáticas en 1990. El pacto de colaboración cubre "petróleo, gas natural y minerales".
China, el segundo consumidor de crudo después de EE UU, está lanzada a una carrera para asegurarse recursos energéticos. El rápido crecimiento económico (más de un 9% anual medio en las dos últimas décadas) ha provocado un alza de demanda al que la producción propia no da respuesta.
La alianza con Riad responde a esa necesidad de asegurar suministros. Para Arabia Saudí, se trata de diversificar su economía y de reducir su dependencia de EE UU. "China es uno de los mercados más importantes para el petróleo saudí y el petróleo saudí es una de las principales fuentes de energía para China", señaló el príncipe Saud Al Faisal, ministro de Asuntos Exteriores. La prensa local aseguró ayer que los dos países esperan trabajar en la construcción de una instalación para almacenar 100 millones de toneladas de crudo en la isla de Hainan, al sur del país. La potencia asiática importó 20 millones de toneladas de crudo de Arabia Saudí el año pasado.
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