"Mientras la enseñanza no sea gratuita, es difícil integrar a los inmigrantes en la escuela privada"
Dirige la mayor asociación de centros privados de Cataluña, que agrupa uno de cada cuatro colegios catalanes. A este jesuita de 60 años le gusta leer libros sobre la Guerra Civil y el cine español, aunque va poco al cine. Estos días está volcado en negociar el Pacto Nacional de Educación que la Generalitat quiere firmar en pocos días.
Pregunta. ¿Tienen voluntad de firmar el Pacto por la Educación?
Respuesta. Siempre hemos dicho que queremos contribuir a acabar con la provisionalidad de los últimos años, cuyo exponente es el número de leyes que se han aprobado y las reformas que ha habido. Nuestra disposición, por tanto, es firmar el pacto, pero no cualquier pacto. Queremos evitar que una vez firmado nos encontremos en la misma situación que ahora, en la que cada uno interpreta las cosas desde su perspectiva y más teniendo en cuenta que el pacto debe ser la base de la futura ley catalana de educación.
"Los padres deben poder seguir haciendo aportaciones mientras no llegue la gratuidad"
P. ¿A qué se refiere cuando dice que no se debe seguir en la misma situación?
R. Por ejemplo, a que la financiación de la escuela quede tan inconcreta como está ahora. Legalmente, la enseñanza es gratuita, pero todos sabemos que los módulos económicos que se destinan a la enseñanza concertada son insuficientes y alguien debe aportar el dinero que falta para cubrir los costes.
P. ¿Quién cubre ahora esas insuficiencias a las que se refiere? ¿Las familias con sus cuotas? ¿Son legales?
R. Las cubren las familias, pero si la legislación dice que la educación obligatoria es gratuita debería de serlo.
P. ¿Se refiere a que en primaria la Generalitat quiere pagar el coste de la sexta hora de clase en los colegios concertados que ahora pagan los padres?
R. Hablo en general. La Generalitat paga en la enseñanza primaria los gastos de profesorado y una cantidad para gastos generales que es insuficiente. Por tanto, no es un problema de la sexta hora, sino de base. Educación ha dicho que en unos años la gratuidad de la primaria será realidad. Pedimos que en el pacto con la Generalitat se admita que mientras la gratuidad no sea efectiva, los padres puedan hacer aportaciones.
P. Decía que reciben dinero de la Generalitat para los profesores y el gasto de funcionamiento. ¿Qué más reclaman?
R. Por ejemplo, la amortización de activos para adaptar las instalaciones a las normativas, sobre todo, cuando se trata de edificios viejos. O los seguros de las instalaciones que se exigen o los gastos de las nuevas construcciones que se han hecho. Insisto que hoy sólo recibimos fondos por las horas de clase y los gastos generales. El personal de administración y servicios entran pero cuantificados a la baja.
P. Pero, ¿tiene sentido que la Administración pague la amortización de activos que son privados?
R. Sí, porque ese activo se destina a un servicio que afecta a toda la población. Quisiéramos que en los criterios de elaboración del módulo figurase la inversión que realizamos.
P. La escuela concertada escolariza menos inmigrantes que la pública. ¿Cómo se explica?
R. Se explica, tristemente, por la economía. En primer lugar, la inserción de los estudiantes que vienen de la inmigración no es sólo un tema escolar. Es también un tema urbanístico, porque esta población se concentra en determinados lugares. Es evidente que en Sarrià las posibilidades de acceder a una vivienda para un inmigrante son mínimas. La mayoría de las escuelas cristianas, por el espíritu de sus fundadores, deben estar abiertas especialmente a estos inmigrantes. Lo que ocurre, y volvemos a la economía, es que mientras que la enseñanza no sea gratuita del todo se hace difícil la integración de estos alumnos en la escuelas de iniciativa privada.
P. ¿Qué plantea para que esto cambie?
R. Reclamamos, y creo que el pacto lo recogerá, que los niños de la inmigración puedan ir a la escuela con una dotación económica, vayan a la escuela que vayan, que cubra la plaza. Al menos, estos. Mientras la gratuidad no sea total, debe hacerse un esfuerzo especial para que al menos para estos estudiantes lo sea. Eso permitirá recibir más inmigrantes sin ningún problema y respondería al carisma de la institución porque la mayoría de los fundadores de las congregaciones que se dedican a la enseñanza fundaban escuelas para los sectores más necesitados.
P. ¿No hay colegios concertados que rechazan inmigrantes porque su adaptación puede entorpecer el ritmo de los otros alumnos?
R. No es así. Ya hay inmigrantes en las escuelas concertadas.
P. ¿Sólo los que tienen posibilidades económicas?
R. No, porque la institución asume alumnos gratuitos. Hay alumnos inmigrantes que no pagan las cuotas. Pero si se sobrepasa el porcentaje de alumnos gratuitos, se hace inviable un aula.
P. La religión quedará como estaba: de oferta obligatoria, pero libre elección. ¿Están de acuerdo?
R. Para nosotros, tal como ha quedado en la nueva ley a punto de aprobarse, no difiere mucho de cómo estaba. El debate sobre la religión se ha centrado mucho en la escuela pública.
P. Pero ustedes tienen en sus centros el 66% de los alumnos que cursan religión.
R. A los padres, cuando van a una escuela concertada, se les presenta el proyecto educativo del centro y quienes llevan a su hijo a una escuela cristiana saben lo que han elegido y conocen el ideario del centro, también en lo que afecta al tema religioso.
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