La Filarmónica de Málaga
Desde el reconocimiento por el privilegio que para una ciudad supone tener una orquesta como la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), y ante el deterioro por el que la entidad atraviesa, la Asociación "Amigos de la Orquesta Filarmónica de Málaga" ha mantenido contactos y reuniones con estamentos relacionados con la OFM. Hemos extraído algunas conclusiones que arrojan una falta de coordinación entre la gerencia de la OFM y la dirección del Teatro Cervantes de Málaga, lo que conduce a lamentables situaciones de desfase entre la renovación de abonos y la presentación de la programación de la temporada, como demuestra el hecho de una disminución en el número de abonados. De ahí la necesidad de una política adecuada de publicidad de las actividades de la OFM.
Hemos recabado con poco éxito una crítica y evaluación del nivel artístico de la OFM y de su programación y objetivos, quedando sin respuestas bien argumentadas preguntas sobre las consecuencias artísticas y de asistencia de público. Creemos necesario un esfuerzo presupuestario para la contratación de un mayor número de concertistas y directores invitados de calidad.
Como ocurre en la mayoría de las profesiones creativas, el contacto y trabajo con la excelencia es la mejor inversión para perfeccionar la labor diaria. Gran parte del éxito de un proyecto musical, como es la OFM, radica en su acercamiento a la sociedad y a su público. Solicitamos que se pongan en marcha recursos e iniciativas imaginativas para dar a conocer más y mejor la orquesta y sus miembros, y que ésta se sienta incorporada a los objetivos artísticos futuros.
Pero Málaga tiene pendientes otras cuestiones como la necesidad imperiosa de un Auditorio que ayudaría a paliar muchos problemas artísticos y de gestión y a potenciar la planificación de objetivos artísticos distintos de la temporada tradicional de conciertos, significativamente reducida en las últimas temporadas.
Deseamos, por último, comunicar a los órganos rectores nuestro sincero deseo de colaboración y apoyo para situar a la OFM en el lugar artístico que se merece después de casi 15 años de vida. Pero creemos que debe pasar por un tiempo de autocrítica constructiva. La supervivencia en estos tiempos de globalización de las orquestas sinfónicas tradicionales ha de pasar por su adaptación a los nuevos tiempos, por una preocupación didáctica por atraer a generaciones jóvenes y por una mayor comunicación y permeabilidad con sus públicos.
