Europa y América Latina
En relación al artículo de Enrique Iglesias bajo el título de ¿Es todo nuevo en América Latina? publicado el pasado día 14 de enero, deseo hacer los siguientes comentarios.
1. Es deseable la presencia europea en América Latina y la acción conjunta de los países iberoamericanos, como lo plantea el señor Iglesias, sólo que para que estas acciones trasciendan a la diplomacia pasiva, requiere de un buen diagnóstico y de una visión de futuro.
2. No basta decir que hay que corregir la desigualdad y apuntalar la democracia. Hay causas estructurales, por carencia de ciudadanía e instituciones adecuadas que generan la miseria.
3. En este contexto no hay que asustarse y lanzar las campanas al viento porque cualquier demagogo como Bucaram toma fuerza. El problema es la falta de proyecto creíble de la clase dirigente continental, que después de haber consumido cantidades de riquezas superiores a todos los Potosí imaginables, pretende continuar en el poder así porque sí.
4. La acción europea debe apoyar el aprendizaje y la evolución de las nuevas alternativas emergentes y la creación de ciudadanía y de una nueva clase dirigente con visión de siglo XXI. Lamentablemente, el Departamento de Estado que está apostando, como en el caso venezolano al "todo o nada" con aliados históricamente agotados.
5. En América Latina crece y se fortalece económica y políticamente el narcotráfico que se nutre de la masa de excluidos de la educación y de los servicios básicos. No se puede descartar que este nuevo grupo de poder, que ya se encuentra difundido por el Caribe, aglutine en las próximas décadas, a los movimientos nacionalistas, si no aparecen opciones de esperanza.
La situación de América Latina exige una nueva visión, y no dar más vueltas sobre lo mismo.
