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Reportaje:MUERTE DE UNA NATURALISTA

Misterioso crimen en el lago

Ramón Lobo

Africa ya tiene una nueva heroína blanca, la naturalista y documentalista de origen británico Joan Root, de 69 años, muerta a tiros el 13 de enero en su casa del lago Naivasha de Kenia. Un crimen que recuerda al de Dian Fossey en Ruanda, asesinada en diciembre de 1985, por su defensa de los gorilas de la montaña y su enfrentamiento con los furtivos y la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (tutsi), que pretendía convertir especies en peligro de extinción en el rancho de sus tropas.

Los asesinos de Root debían de conocer su casa, pues entraron en la propiedad por el único punto en el que la valla no estaba electrificada. Según el vigilante nocturno, dos hombres, uno armado con un fusil de asalto Kaláshnikov y otro con un panga (machete), se aproximaron alrededor de la una y media de la madrugada, rompieron una ventana que hizo saltar la alarma y dispararon siete veces dentro de una habitación en la que acababan de encender la luz.

El comisario calificó de "muy agresiva" la defensa del medio ambiente de Joan Root, dando a entender que ése pudo ser el móvil del crimen
Los atacantes no se llevaron nada de la casa, ni siquiera desordenaron la escena del crimen para confundir; se limitaron a disparar y huir
De 50.000 habitantes que había en la zona del lago en 1985 se ha pasado a 300.000, al reclamo del negocio de las flores frescas

En el interior, Root pudo alcanzar una toalla para taponar las heridas (tres de los siete disparos impactaron en su cuerpo, según Simon Kiragu, jefe de policía) y trató de arrastrarse hasta el cuarto de baño, donde después hallaron el cuerpo los servicios médicos. Había muerto desangrada. Los atacantes no se llevaron nada de la casa, ni siquiera desordenaron la escena del crimen para confundir a los investigadores; ellos se limitaron a disparar y huir.

El comisario Kiragu calificó el trabajo de defensa del medio ambiente de Joan Root de "muy agresivo", dando a entender que ése pudo ser el móvil del crimen: "No puede descartarse; algunas personas implicadas en la pesca furtiva tenían opiniones diferentes a la suya", informa The Guardian. Root se había enfrentado con gran pasión y constancia a estos pescadores (que faenan para comer), a los que acusaba de esquilmar el lago, y lo hizo hasta hace un año, cuando su lucha se politizó en demasía. La naturalista no llegó a expresar nunca miedo, algo que permitiera sospechar que se sentía en peligro, asegura alguno de sus amigos en el diario The Independent.

La pesadilla de Darwin

El lago Naivasha, que fue escenario de alguna novela de Evelyn Waugh y de películas como Travesuras blancas, ya no es aquel valle feliz lleno de colonos disfrutando de la vida bajo la seguridad de la Corona británica. Hoy, como en La pesadilla de Darwin, el lago y su principal ciudad, Naivasha, son víctimas del progreso salvaje. De los 50.000 habitantes que había en el lugar en 1985 se ha pasado a 300.000 al reclamo de los puestos de trabajo en las plantaciones de flores frescas, que después se exportan a Europa por millares. Más habitantes, más negocio (para algunos), más delitos, pero los mismos servicios inexistentes para una población cada vez más empobrecida. Las granjas, dirigidas por blancos con nacionalidad keniana, no gustan a la población local, sobre todo a los pescadores y a los masai, una de las tribus perjudicadas por el boom de las flores.

La muerte violenta de Joan Root no es la primera en los últimos meses. En abril, un noble inglés llamado Tom Cholmondeley disparó contra un guarda masai que realizaba una investigación en su finca. Cuando la policía le preguntó por los motivos de su acción, el barón respondió que creía haber actuado en defensa propia. Meses después, en julio, perdió la vida el dueño, también británico, de un lodge (especie de hotel rural) en Naivasha durante un presunto robo. Los masai se oponen a este tipo de hoteles turísticos asentados en sus tierras ancestrales y que, además, no les reportan beneficio alguno.

Como Karen Blixen (seudónimo de Isak Dinesen), el personaje de Memorias de África, Joan Root -Thorpe de soltera- tenía una granja en África, la de su padre, que llegó a Kenia en 1929, la época de los grandes cazadores como John Hunter y Denys Finch-Hatton (Robert Redford en Memorias...). Allí creció, se educó y conoció a su marido, Alan Root, con quien compartió años de pasión por la naturaleza y los documentales. Ambos quedarán grabados en la leyenda, pues fueron los primeros seres humanos en sobrevolar el Kilimanjaro en globo aerostático.

Wenig rinde homenaje a quienes le ayudaron en Beauchamps, el pueblo que acogió a sus dos hijos.
Wenig rinde homenaje a quienes le ayudaron en Beauchamps, el pueblo que acogió a sus dos hijos.R. C.

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