Calefacción en la EMT
La calefacción de los conductores, que no de los viajeros. Los viajeros salimos de casa abrigadísimos para protegernos de las bajas temperaturas de estas fechas. Al entrar en el autobús, lleno hasta los topes en horas-punta, las ventanillas cerradas a cal y canto y la calefacción a tope.
El viaje se convierte en una tortura, excepto para el conductor, que en mangas de camisa y con la ventanilla a su gusto, está de lo más confortable. ¿Alguien podría pensar en los viajeros que nos morimos de calor.
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