Zapatero confía en lograr antes del día 21 un pacto que incluya a CiU

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró ayer muy confiado en que se llegue a un acuerdo sobre la reforma del Estatuto de Cataluña antes del 21 de enero, y confirmó que, en su opinión, tal compromiso debe incluir a CiU. Zapatero afirmó también que la reforma no alterará el actual régimen lingüístico de la comunidad autónoma. En cambio, fue pesimista sobre las perspectivas de modificar la Constitución dentro de esta legislatura.

¿Es posible que el acuerdo sobre el Estatut se cierre sin el consenso de CiU? "No es conveniente", respondió el presidente, que habló ayer en público sobre este tema tras su cena del martes con los líderes regionales del PSOE. Según varios asistentes a la reunión, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, defendió que el apoyo de CiU no es imprescindible.

En conversación con los periodistas que cubrían la recepción anual al cuerpo diplomático en el Palacio Real, el presidente insistió ayer, en cambio, en que hay voluntad de compromiso en todos los partidos, incluida CiU.

"Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Creo más en las decisiones que en las declaraciones", comentó Zapatero, quien añadió que "todo está muy hablado" y explicó su convencimiento de que habrá acuerdo por pura lógica política.

Incluso previó que el compromiso se cierre para el 21 de enero, día en que se reunirá el Comité Federal del PSOE, antes de que la comisión mixta del Parlamento catalán y las Cortes comience, el 1 de febrero, a examinar el proyecto de reforma.

Zapatero reiteró, en ese contexto, que el nuevo Estatuto no modificará en absoluto el régimen lingüístico de cooficialidad del catalán y el castellano vigente actualmente en Cataluña, ya que, afirmó, será totalmente fiel al modelo de la Constitución, que no prevé sanciones para quien no hable el español, de modo que tampoco el Estatut podrá establecerlas para quien no hable catalán.

El presidente recordó, no obstante, que las negociaciones en curso no son entre el Gobierno central y el Ejecutivo catalán, sino entre cuatro fuerzas políticas, a las que animó a buscar "soluciones imaginativas" para resolver problemas como el del uso del término "nación" en el texto estatutario.

Zapatero mostró, por el contrario, escasa confianza en concluir durante la legislatura la reforma de la Constitución que, dijo, debería incluir necesariamente los cuatro puntos planteados de denominación de las comunidades autónomas, reforma autonomista del Senado, adaptación a la Constitución europea y supresión de la discriminación de la mujer en la sucesión a la Corona. El motivo de su pesimismo, añadió, es que el PP no es proclive al acuerdo. También afirmó que no estima necesario reformar el artículo 8 de la Constitución, al que apeló el teniente general José Mesa en las polémicas declaraciones que motivaron su cese.