Una Navidad tardía
Un proyecto municipal fomenta la colaboración entre empresas y ONG para ayudar a los desfavorecidos
Chaquetas desgastadas, modestas bufandas de lana y bastones de madera envejecida. Melenas peinadas y repeinadas, zapatos relucientes y andares pausados. Pero, sobre todo, miradas y sonrisas ilusionadas, expectantes, muy expectantes. El motivo no era para menos: unas 100 personas sin recursos, en su mayoría ancianos con una renta media de entre 400 y 500 euros mensuales, celebraron ayer la Navidad en Barcelona con una comida benéfica que llega una vez pasadas las fiestas, pero no por ello es menos deseada.
El acto, sufragado por la empresa alemana de seguros HDI, que incorpora la responsabilidad y la acción social a su política empresarial, concentró en un elegante salón del hotel Colón de Barcelona a 150 comensales, entre usuarios de las entidades sociales Santa Lluïsa de Marillac y Fundación Prisba, que trabajan con gente desfavorecida, sobre todo del Casc Antic, y empleados de la propia empresa germana.
Los beneficiarios de actos como el de ayer experimentan un cambio positivo
Con actuaciones de este tipo, los usuarios de instituciones de ayuda social sufren "un cambio psicológico impresionante, pues se les transmite el valor de la confianza, la ilusión, y de que hay alguien que se preocupa por ellos en el último periodo de su vida", indicaba ayer la directora de Prisba, Pilar Mercader. Además, citas como la de ayer se convierten en el primer paso "hacia un proceso de normalización e inserción social", señalaba el concejal del Departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà, que también participó en el acto.
Esta comida solidaria, celebrada bajo el lema Navidad es todo el año, se enmarca en el proyecto Barcelona Beneficios Bienestar (B3), creado hace cuatro años e impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona con la colaboración de instituciones públicas, agentes económicos y entidades sociales privadas para promover entre las empresas la colaboración y la implicación en proyectos solidarios. De este modo, el proyecto B3 trabaja para fomentar la cooperación entre los agentes económicos, las entidades sociales y el Ayuntamiento de Barcelona a fin de incrementar el bienestar global de la población más desfavorecida.
A través de sus colaboradores, el B3 invierte en iniciativas y proyectos innovadores y estratégicos centrados en el provecho de la comunidad. Además, el B3 promueve su obra mediante la organización de seminarios, cursos y jornadas sobre colaboración social, y publica artículos en revistas corporativas del ámbito de la acción social y empresarial.
Con la comida solidaria, los responsables del proyecto B3 quieren hacer hincapié en la necesidad y la importancia de la continuidad de sus acciones de solidaridad para hacer de la ciudad un espacio más inclusivo. Ricard Gomà señaló que "la idea" es que esta comida, que cumple su segunda edición, "se consolide alrededor de las fiestas de Navidad".
Las compañías adscritas al proyecto B3, como HDI, apuestan por la empresa con valores y comprometida con el progreso social de Barcelona. Por su parte, el grueso de las entidades sociales que configuran el programa está formado por organizaciones no gubernamentales (ONG), fundaciones y asociaciones de Barcelona con una trayectoria consolidada de acción social y con proyectos sociales de calidad.
Además de acciones como la de ayer, se puede colaborar con el B3 mediante patrocinio económico; recursos humanos, como voluntariado o asesoría profesional; provisión o cesión de locales y tecnología; contratación de personas o de servicios, y donación de productos.
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