Una segunda oportunidad
El BBVA exigirá apoyo institucional para lanzar una nueva oferta sobre la BNL
En el mundo financiero, en pocas ocasiones existe una segunda oportunidad. Puede que el BBVA la tenga en Italia y se le replantee la posibilidad de comprar la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), la sexta entidad del país, después de que el martes pasado el Banco de Italia anulara la Oferta Pública de Adquisición (OPA) rival, lanzada por la aseguradora Unipol. La ventaja de las segundas oportunidades es que se aprende de los aciertos y de los errores anteriores, y el BBVA realizará ahora un planteamiento distinto del de marzo de 2005.
La entidad presidida por Francisco González aseguró desde el principio que iba a "jugar limpio" y que no aceptaría ningún acuerdo "si no se ajusta a la legalidad". El BBVA ofreció 2,7 euros por cada acción de la BNL y se mantuvo firme pese a que un grupo de constructores italianos, denominado contrapacto, que controlaba un paquete clave del 27,5%, sugirió su apoyo a cambio de un precio más alto para sus acciones. Además, el banco español denunció la falta de recursos propios de Unipol (32 veces más pequeño que el BBVA e incluso que la propia BNL), lo que ponía en riesgo el futuro de la entidad fusionada. Precisamente esta ha sido esta la razón esgrimida por el Banco de Italia para anular la OPA. El BBVA también contempló con estupor la actuación parcial del supervisor, que, finalmente le ha costado el cargo al gobernador, Antonio Fazio. Por último, denunció judicialmente los acuerdos entre Unipol y algunos accionistas (entre ellos, los del contrapacto) por considerarlos contrarios a derecho. Poco después, Giovanni Consorte e Ivano Saccheti, dimitieron de sus cargos como presidente y vicepresidente de Unipol, acusados de apropiarse de fondos de aseguradora y especular con ellos.
Las acciones del banco español han subido un 21% desde que presentó la OPA
Lo cierto es que la postura inflexible del BBVA le proporciona ahora una posición privilegiada. No obstante, el banco tuvo un fuerte desgaste por el fiasco de la OPA italiana ya que la sensación de derrota se implantó entre el equipo ejecutivo. Para mayor escarnio, poco después del pinchazo italiano, su directo rival, el Santander, anunciaba la compra parcial del decimonoveno banco estadounidense, el Sovereign Bank. Fuentes financieras criticaron al BBVA por la forma en la que gestionó esta complicada OPA, ya que la entidad no contó con un representante del máximo nivel en Italia y las decisiones no se tomaron con la celeridad que requería la situación.
Los sindicatos UGT y CC OO consideraron que fue una "derrota" y un "revés", que se podría haber evitado si se hubiera planteado la propuesta con "menos precipitación", "menos ingenuidad" y "más consolidación". El banco se refugió en que con la OPA de Unipol, el BBVA lograría plusvalías (meramente contables) de 520 millones.
Con toda esta experiencia a sus espaldas, la primera condición, y una de las más importantes, que impondrá el BBVA para volver a abrir el melón de la BNL es "el total apoyo institucional a la operación", según fuentes financieras cercanas a la operación. Es decir, el supervisor debe entender que el BBVA, al margen de su nacionalidad, es un socio ideal para la BNL por su solvencia patrimonial y por el plan de negocio que ha propuesto para el futuro de la entidad. Por supuesto, deberá lanzar una nueva OPA con el suficiente atractivo para los accionistas si espera quedarse con la BNL. Incluso, es posible que compita con otros rivales.
El BBVA ha comprobado el enorme poder del Banco de Italia, por lo que el segundo banco español no quiere dejar ningún fleco abierto a posibles jugadas más o menos legales, de las que tanta fama tiene el mercado italiano. La máxima prudencia regirá los movimientos del BBVA que quiere huir, como sea, de un segundo fiasco italiano.
En este campo, el BBVA está de enhorabuena. El nuevo gobernador, Mario Draghi, (que tomará posesión del cargo en próximo lunes), era, hasta ahora, vicepresidente de Goldman Sachs. Precisamente este banco de inversión es uno de los asesores del BBVA para la OPA de la BNL. Es decir, Draghi conoce perfectamente la posición del BBVA y de la BNL y no sería extraño que se hubiera entrevistado con altos responsables de la entidad española.
El precio será la segunda cuestión vital. El BBVA ofreció un canje de una de sus acciones por cada cinco de las de la BNL. Desde que lanzó la OPA, el banco ha subido del 21% en Bolsa. Esta circunstancia le permite mantener el canje anterior con lo que estaría ofreciendo un precio mejor para los accionistas italianos. La subida de la BNL en el mercado (que ayer cerró a 2,9 euros) ha sido menor que la del BBVA.
Sin embargo, todos los movimientos dependen de Unipol. La sexta aseguradora italiana tiene diez días de plazo para aceptar o no la decisión del supervisor. Si la acepta, como espera el mercado, deberá reducir su paquete de control en la BNL desde el 51% actual hasta el 30%. Es decir, deberá vender, como mínimo, el 21%.
¿A quién se lo ofrecerá Unipol? Es de suponer que al mejor postor. Monte dei Pachi di Siena, uno de los grandes bancos de Italia, podría estar interesado en quedarse con Unipol, aprovechando la complicada situación que atraviesa. Si toma Unipol, podría desprenderse posteriormente de la BNL.
Con estas garantías, el BBVA está interesado en la BNL porque le permitiría incrementar en casi 7.000 millones su valor bursátil. Esta capitalización protege a la entidad de ataques hostiles de bancos extranjeros y, de paso, hará cierto lo que Francisco González dijo en 2002: "El BBVA comprará entidades desde el asiento del conductor".
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