_
_
_
_

Los republicanos buscan una salida a su crisis interna

El bosque de ramificaciones relacionadas con Jack Abramoff, el gigante caído del pedestal de los grupos de presión, tendrá repercusiones en el Congreso, tanto en la mayoría republicana como en las legislativas de otoño. El momento es delicado porque el caso Abramoff no ha hecho más que empezar: garantizado su procesamiento -tras declararse culpable en las acusaciones de fraude, evasión fiscal y conspiración para el soborno de funcionarios-, otros se preparan para desfilar bajo los focos. Según The Washington Post, "al menos media docena de congresistas podrían estar bajo escrutinio". Tres personas están identificadas, según el diario: el republicano Robert Ney; su ex jefe de gabinete, Neil Volz, y Tony Rudy, que fue número dos en el gabinete del otrora poderoso Tom DeLay, hasta hace tres meses líder de la mayoría en la Cámara. Debido a las salpicaduras de Abramoff, DeLay tuvo que renunciar la semana pasada.

Más información
El candidato de Bush al Supremo dice que ningún presidente está por encima de la ley

La reacción a la defensiva de los jefes republicanos, que se han limitado a capear el temporal y a descubrir la necesidad de reformar las reglas de los grupos de presión, les ha supuesto un rapapolvos de The Wall Street Journal, que cree que "el auténtico problema de los republicanos en la Cámara no tiene que ver tanto con los grupos de presión como con la atrofia de sus principios" y con la obsesión por "mantener el poder, más que por utilizarlo".

Además de las repercusiones políticas -agravadas por un George W. Bush prematuramente inmerso en la parálisis que atenaza la última fase de los presidentes que repiten mandato-, hay otras consecuencias de la caída de Abramoff. En la calle K de Washington, el centro neurálgico de los despachos de tráfico de influencias, cierra sus puertas el Alexander Strategy Group, según el Post "uno de los principales lobbies" de la capital. El grupo, fundado hace ocho años, no ha podido resistir el impacto del escándalo de sus padrinos Abramoff y DeLay.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_