En el norte, ni se amplían autopistas ni se desdobla la autovía
El tripartito paralizó Bracons y Fomento dilata las obras del Teatro Municipal en Girona
El noreste catalán es el único territorio español donde la Nacional II sigue sin haber sido desdoblada. Al norte de Barcelona, apenas nada se ha movido en una carretera que es, a su paso por el Maresme, una calle más de las poblaciones que cruza. El tren Barcelona-Mataró emplea el mismo tiempo en unir las dos ciudades que hace 150 años. El futuro del Teatro Municipal de Girona, por su parte, es objeto de chistes en la ciudad.
- Ampliación de la autopista AP-7. Manel Nadal, secretario de Movilidad de la Generalitat, anunció recientemente en Girona que casi se ha cerrado el acuerdo para el tercer carril de la autopista AP-7, entre Girona y La Jonquera, cuyas obras podrían comenzar a finales de este año. Sarrià de Ter y Sant Julià de Ramis, municipios afectados por la ampliación, se oponen a que las mejoras viarias de las carreteras que pasan por la ciudad de Girona machaquen sistemáticamente sus términos municipales -como el desdoblamiento de la A 2- y reclaman mejoras en la variante del valle de Sant Daniel para tener un anillo de circunvalación por el este y el oeste. La ampliación de esta autopista está pendiente también en el sur, entre El Vendrell y Tarragona. El mismo convenio determinará las obras en ambos puntos. Además, incluirá la supresión de las barreras centrales en El Vendrell y Tarragona.
Las chanzas a costa de las interminables obras del Teatro Municipal de Girona son una constante en la ciudad. Paralizar los trabajos en Bracons incrementó el presupuesto en unos 24 millones de euros. Las mejoras encarecen la obra otros 14 millones.
- Desdoblamiento de la A2. El cuento de nunca acabar. Es la última de las seis grandes carreteras radiales que parten de Madrid que se empezó a ampliar y desdoblar. La antigua Nacional II constituye el ejemplo más palmario de la endémica desatención del Gobierno central hacia la red de carreteras catalanas. Un ejemplo que, lamentablemente, en esa vía maltrecha y saturada, se traduce en accidentes y víctimas mortales. La intensidad del tráfico y la elevada accidentabilidad la convierten, todavía hoy, en un auténtico peligro que siempre aparece en la clasificación de las carreteras españolas de mayor siniestralidad. El proceso de desdoblamiento avanza muy lentamente, en tramos cortos que a menudo crean retenciones. En algunas zonas, como el paso por Girona, Fomento estima que el mejor trazado para desdoblar coincide con el corredor de la autopista, en la que podrían añadirse calzadas laterales. Del mismo modo, la N-II espera un cambio sustancial a su paso por el Maresme, donde, sobre todo en las poblaciones del sur, no es hoy una carretera, sino una vía urbana.
- Teatro Municipal de Girona. Las chanzas a costa de las interminables obras del Teatro Municipal de Girona son una constante en la ciudad. El gremio de actores no es una excepción y alguno ha llegado a apremiar a la alcaldesa a tener a punto el teatro en una reciente conferencia de prensa del festival Temporada Alta. Lo cierto es que, principalmente a causa del Ministerio de Fomento del anterior Gobierno, las obras empezaron con unos tres años de retraso. Durante este tiempo se ha habilitado un voluntarioso teatro en el interior de la iglesia de Sant Domènec que no puede compararse ni en comodidad, ni en sonoridad, ni en servicios, al espléndido Teatro Municipal. Los trabajos, que comportan una radical transformación y modernización de la infraestructura, se iniciaron a finales del año 2003. De acuerdo con las previsiones, de las que ahora nadie se fía, se podrá inaugurar a principios del próximo año. La reforma incluye también una reformulación urbanística del entorno.
- Auditorio. El Auditorio-Palacio de Congresos de Girona costará unos 18 millones de euros, entre los que como mínimo deben contabilizarse más de tres millones por culpa de los retrasos, que ya suman más de un año. El primer acto que se celebrará en el Auditorio podría ser un concierto anual de todos los centros escolares de la ciudad, el mes de mayo del año próximo. No obstante, la actividad congresual se demoraría hasta septiembre. A pesar de los retrasos, el resultado es espectacular. La sala principal, recubierta totalmente de madera y con una cabida de 1.230 personas, y la espaciosa entrada, de 1.000 metros cuadrados, le dan una gran magnificencia. La asignatura pendiente del centro será el aparcamiento, que se ha dejado para una fase posterior.
- Túnel de Bracons. El Gobierno tripartito llegó a la Generalitat con las obras y la polémica de Bracons en marcha, pero sin acuerdo en su seno. La oposición a este eje viario se remontaba ya entonces a siete años atrás. Decidió encargar nuevos estudios técnicos y medioambientales para quitarse de encima la patata caliente. Finalmente, el socialista Joaquim Nadal, consejero de Política Territorial, optó por detener la obra sólo en la parte del túnel, en Osona, la zona más polémica del nuevo eje viario Vic-Olot, presionado por las protestas ecologistas y de los partidos Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). El Ejecutivo catalán, sin acuerdo en su seno, pospuso la decisión definitiva hasta después de las elecciones generales de marzo de 2004. La paralización incrementó el presupuesto, supuestamente, en unos 24 millones de euros. Tras introducir mejoras que encarecían la obra en otros 14 millones, entre ellas más túneles y la reducción en algunos tramos de cuatro a tres carriles, se reanudaron las obras. En el Departamento de Medio Ambiente, cuyo titular es Salvador Milà (ICV), se afirmó que el proyecto adjudicado por Convergència i Unió (CiU) tenía deficiencias notables y posibles infracciones de la ley. Las obras tuvieron otro serio contratiempo cuando la Guardia Civil denunció irregularidades en las medidas de seguridad por el uso de los explosivos, aunque el caso no tuvo influencia relevante en la marcha de las obras. Está previsto que las obras de perforación del túnel de Bracons por el lado de la Garrotxa empiecen antes de fin de año.
Autopista del Maresme. La prolongación de la autopista del Maresme hacia el norte lleva 10 años paralizada. El pacto del Gobierno central -del que entonces dependía la vía- con ACESA se remonta al mes de mayo de 1994. El Gobierno catalán buscó otro acuerdo en 2000 para desencallar el asunto, pero las protestas de municipios afectados, propietarios de terrenos y ecologistas dificultó que el proyecto pudiera avanzar. Los mayores problemas para la continuación de esta vía se producen después del paso por el río Tordera. Los ecologistas se oponen radicalmente al trazado hasta Lloret. Por otro lado, el posible enlace con la autopista AP-7 podría convertirla en una vía muy frecuentada por el tráfico pesado, puesto que resultaría más barata. Una de las posibilidades es que los camiones pagaran un peaje duro, mientras que los usuarios de la zona se verían libres de él. - Cercanías. La línea férrea Barcelona-Mataró es la más antigua de España. Pero el tren tarda hoy en recorrer la distancia entre ambas ciudades lo mismo que hace más de un siglo y medio, cuando se puso en marcha. Hay un proyecto para soterrar la vía y convertirla en un metro regional. No avanza. - Línea de 400.000 voltios. Un acuerdo franco-español de los años ochenta establecía la necesidad de incrementar la capacidad de intercambio eléctrico entre ambos países. Los opositores a la infraestructura a ambos lados de los Pirineos aseguran que el proyecto tiene 20 años de antigüedad. Antes de la idea de conexión por el Alt Empordà se intentó sin éxito hacer cruzar la línea por el País Vasco, Aragón y la Vall d'Aran. La solidez de la oposición, a la que hace un mes se ha añadido una asociación de 40 municipios catalanes que se coordina con otra parecida en suelo francés, augura una enconada polémica si el proyecto sigue adelante. La indecisión en el seno del tripartito -en el que el Partit dels Socialistes (PSC) defiende el proyecto contra la opinión de ERC e ICV- recuerda a muchos el caso del túnel de Bracons.
Han colaborado en esta información Francesc Arroyo, Sílvia Marimon, Cristina Perales, Pere Lobato, Oriol Aymí, Glòria Ayuso, Lluís Visa, Gerard Bagué y Enric Badia
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