Sharon reacciona a algunos estímulos y comienza a respirar espontáneamente
Los médicos optan por reducir poco a poco la sedación al primer ministro israelí
La eventual recuperación del primer ministro israelí, Ariel Sharon, de 77 años, será muy larga. Los médicos del hospital Hadassah de Jerusalén comenzaron ayer a retirarle lentamente la anestesia, y el paciente respiró espontáneamente, aunque todavía con ayuda de ventilación mecánica. El dirigente, que ha sufrido tres operaciones por derrames cerebrales desde el miércoles, reaccionó también con "muy leves movimientos del brazo y la pierna derecha" a los estímulos de dolor, según explicó el jefe del equipo de neurocirujanos que le atiende, Félix Umansky, de 61 años y origen argentino.
Los neurólogos, cirujanos, anestesistas, especialistas en cuidados intensivos y en enfermedades infecciosas están convencidos de que la reacción del paciente tras reducir la sedación a la que está sometido es una buena señal. No obstante, los doctores llamaron a la máxima cautela: "Su estado aún es crítico", afirmó el director del centro, Shlomo Mor Yosef. "Ha sido una reacción ligera pero significativa, algo muy positivo", dijo el director. "El hecho de que respire espontáneamente y se mueva es un paso importante", añadió Umansky en una multitudinaria conferencia de prensa a las puertas del hospital.
El director del centro agregó que las constantes vitales del enfermo, que comienza a salir lentamente del coma inducido, continúan estables, y que sólo se elevó la presión sanguínea como consecuencia de los estímulos de dolor a los que fue sometido Sharon. "Éste es un signo muy positivo", afirmó Mor Yosef.
Pese a esos buenos síntomas, el proceso de recuperación será muy prolongado. "Estamos realizando exámenes y reduciendo la anestesia. Esto llevará varios días, y el proceso para despertar al primer ministro puede demorarse largo tiempo, aun en el supuesto de que se detenga completamente el suministro de sedantes", informó Umansky. De momento, abundan las incógnitas. Sólo se ha comprobado mediante las tomografías que existe actividad cerebral, pero se ignora si Sharon sufre una parálisis del lado izquierdo del cuerpo. El neurocirujano dijo que es muy pronto para fijar un diagnóstico y más aún para determinar cuándo podrá el político hablar o moverse por sí mismo. Lo único seguro es que el jefe de Gobierno no podrá volver a su cargo. Aunque es imposible a estas alturas conocer la magnitud de sus lesiones cerebrales, José Cohen, otro de los neurólogos del equipo que atiende a Sharon, ha repetido días atrás: "Las posibilidades de supervivencia son muy altas, pero su capacidad para razonar y obtener conclusiones se verá afectada".
Estado de conmoción
El director del hospital, hombre poco dado a la notoriedad pública, trató también ayer de bajar la intensidad del seguimiento de los medios. "Hemos informado porque creemos que es de interés, pero el proceso de reanimación puede durar días y no vamos a convocar conferencias de prensa cada vez", apuntó Mor Yosef.
Y mientras los médicos se afanan por salvar la vida de Sharon, los creyentes judíos confían en sus rezos en las sinagogas. No se vivía un estado de conmoción similar en Israel desde el asesinato de Isaac Rabin, en noviembre de 1995. Hasta los más acérrimos rivales de Sharon mantienen estos días una rigurosa actitud de respeto. Los rabinos recomiendan a los fieles que en sus plegarias añadan a Ariel un segundo nombre, Haim, que significa vida. Según la tradición judía, dándole un segundo nombre puede cambiarse el destino del enfermo.
Incluso muchos activistas de extrema derecha, que detestan a Sharon por su decisión de evacuar la franja de Gaza -que forma parte de la sagrada tierra de Israel para los extremistas religiosos-, rezan para que el ex general recobre la salud. Eso sí, nunca para que regrese al Gobierno y pueda ejecutar nuevas retiradas en la Cisjordania ocupada. El rabino de Sabed, Samuel Eliyahu, precisó al diario Maariv que si una persona siente que se está engañando a sí misma al rezar por Sharon, no deberá hacerlo. No obstante, rechazó que los creyentes eleven sus rezos para implorar por su muerte.
La actividad política, aún a medio gas, comienza a reactivarse. El Gobierno, asumida ya la ausencia definitiva de Sharon en el ámbito político, trata de que el país continúe funcionando con normalidad. El fiscal del Estado, Menahem Mazuz, está a la espera de un informe médico definitivo sobre la capacidad cognitiva del gobernante hospitalizado para determinar el definitivo traspaso de poderes al jefe del Gobierno en funciones, Ehud Olmert. Entre otras cosas, Olmert deberá nombrar a una decena de ministros, cuyas carteras él mismo acapara tras la renuncia de los ministros laboristas en noviembre y la hospitalización de Sharon hace una semana.
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