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Reportaje:

El béisbol cubano, víctima política

EE UU niega al campeón olímpico la entrada en Puerto Rico para disputar el Clásico Mundial

El béisbol cubano vuelve al ojo del huracán. Un huracán político, no deportivo ni climatológico, que ha puesto en crisis el Primer Clásico Mundial, auspiciado por las Grandes Ligas de Estados Unidos, debido a la negativa de las autoridades norteamericanas a conceder visados de entrada a los jugadores de la selección de Cuba, campeona olímpica y mundial. La Federación Internacional ha advertido a Washington de que, si persiste en ello, boicoteará el torneo, a disputarse del 3 al 18 de marzo en Puerto Rico, Estados Unidos y Japón. Un grupo de 80 congresistas norteamericanos ha pedido al Gobierno de George W. Bush que reconsidere su posición.

Para variar, el instrumento que ha posibilitado el desencuentro es la política de embargo norteamericano contra Cuba, vigente desde hace 45 años. El Departamento de Estado, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), decidió rechazar la entrada al país de peloteros cubanos para participar en el Clásico Mundial porque "aportaría ganancias al régimen de Fidel Castro". Según las autoridades norteamericanas, esto violaría la ley. Así, para impedir la entrada de recursos a Cuba, se denegó el permiso a su delegación.

Las autoridades de la isla ofrecen donar las ganancias a las víctimas del Katrina

La decisión fue criticada por los organizadores del evento, así como por la Asociación de Jugadores de las Grandes Ligas y alrededor de 80 congresistas norteamericanos. La Federación Internacional ha advertido de que, si Cuba no participa, retirará su aval al Clásico Mundial y dará instrucción a las federaciones nacionales para que lo ignoren.

Además, las autoridades deportivas de Puerto Rico, una de las cuatro sedes del Clásico, donde esta previsto que jueguen los integrantes del Grupo C (Panamá, Holanda, Cuba y el equipo anfitrión), ya han expresado la posibilidad de no auspiciar el evento si se impide finalmente la participación de los cubanos.

Hasta los peloteros cubanos que han desertado de su país y juegan en las Grandes Ligas han expresado que un Clásico Mundial sin la selección cubana perdería nivel. Y es que Cuba ha conquistado el máximo título en 27 ocasiones y ha obtenido la victoria tres de las cuatro veces que ha participado en los Juegos Olímpicos, la última en Atenas 2004.

La polémica se ha avivado aún más en los últimos días al informar el Gobierno de Castro que está dispuesto a donar todas las ganancias de su participación en el campeonato a los damnificados del huracán Katrina en Nueva Orleans.

En un comunicado oficial, la Federación Cubana calificó de "bochornosa" la medida estadounidense y se preguntó cómo es posible "hablar de un Clásico Mundial en el que no esté representado el equipo cubano, campeón olímpico y mundial".

"Para cualquier persona medianamente racional es absurda y arbitraria tal decisión. La ira y la tozudez política imposibilitan una vez más que el mundo disfrute de un espectáculo verdaderamente representativo del béisbol", asegura Cuba. "No es el dinero que la OFAC aduce el motivo de nuestro interés en competir", afirman sus autoridades, que proponen donar a las víctimas del Katrina las ganancias que puedan recibir como muestra de su interés "en buscar soluciones y vías para evaluar la posible participación del equipo".

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