El CCCB dedica una exposición a la historia de la renovación del circo contemporáneo catalán
'L'art del risc' refleja cómo desde hace 30 años el género se ha abierto a otras disciplinas
Durante los últimos 30 años, el circo ha experimentado una gran renovación en Cataluña. Sin traicionar sus raíces clásicas, el género ha buscado nuevos caminos que le han llevado a un estrecho diálogo con otros lenguajes artísticos. La transformación ha tenido escaso eco en el resto de España, pero se ha desarrollado en paralelo a un revulsivo semejante en toda Europa y en otros países, como Australia, Canadá (con un Cirque du Soleil decisivo para superar una cierta imagen de desprestigio social) y Estados Unidos. El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) revisará estos cambios en la exposición L'art del risc. Circ contemporani català, que estará abierta del 12 de enero al 5 de marzo.
La exhibición ha sido producida por el KRTU. El crítico de circo Jordi Jané y el profesor del departamento de arte de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Maria Minguet son sus comisarios. La tesis de partida se asienta en el mestizaje propio de las artes circenses contemporáneas, especialmente por su imbricación con otros lenguajes escénicos y también por las influencias de artistas y compañías de otros países. El título de la exhibición recoge esta buscada contaminación como impulso para seguir avanzando. Así, el circo contemporáneo es "el arte del riesgo" por esta experimentación estilística y no por la búsqueda del "más difícil todavía", que, según los comisarios, ya no es el gran objetivo de los artistas.
La exposición se estructura en seis ámbitos en un abanico que arranca en la década de 1970, en el marco de la demanda de libertades y la conquista de las calles por la ciudadanía tras la muerte de Franco, y se cierra hoy en día con la vista puesta en el futuro.
En este amplio arco se analizan los pilares del nuevo circo, que se vinculan al espectáculo Tripijoc joc trip, de la compañía La Tràgica, y a la creación del Circ Cric por Tortell Poltrona, así como a las influencias que desde el ámbito del teatro ejercían compañías como Comediants y Els Joglars de la primera época; se repasa el papel de iniciativas y entidades como la Escola de Circ Rogelio Rivel y festivales como el de payasos de Cornellà y el Trapezi de Reus y Vilanova; se fija la mirada en los artistas y compañías más dinámicos y en sus colegas que, en distintas disciplinas más o menos afines a las artes circenses, realizan un trabajo basado en ellas, de Pep Bou a Carles Santos (con su Sama samaruck suck suck) pasando por La Fura dels Baus y Albert Vidal.
Con la voluntad de reflejar el carácter dinámico del circo, el montaje potencia el aspecto interactivo y participativo. Los carteles, las entradas, las fotografías y los objetos relacionados con el universo circense se intercalan con proyecciones audiovisuales de fragmentos de algunos de los espectáculos más relevantes de las últimas tres décadas. Los comisarios reconocen que la recopilación de los documentos expuestos ha sido compleja: el carácter efímero inherente a cualquier espectáculo en vivo se suma a la falta de rigor a la hora de fijar la memoria histórica del circo. "Muchas compañías no guardaban absolutamente nada acerca de su trabajo", señala Minguet. En este sentido, el comisario destaca el valor simbólico derivado de que la exposición esté organizada por el KRTU y sea acogida por el CCCB, lo cual sitúa el circo a la altura de otras manifestaciones artísticas y ayudará a los artistas más escépticos a convencerse "de que están haciendo algo importante".
Minguet explica que desde el año 1978 no se había organizado ninguna exposición en Barcelona sobre el mundo del circo y llama la atención sobre el hecho de que no ocurre lo mismo en otros países, como Francia o Estados Unidos, donde en los últimos tiempos éste ha llegado a grandes museos.
En opinión de Jané, el hecho de que dos entidades como las mencionadas se impliquen en una exposición de estas características supone "una adecuación a la realidad". Jané se muestra muy optimista respecto al presente y el futuro del circo en Cataluña, tanto por el nivel de calidad artística como por la actitud del público, "que ya tiene criterio y cultura circense". En paralelo a la exposición, el CCCB acogerá el seminario El circ i la poètica del risc y una serie de talleres dominicales para niños de 6 a 12 años.
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