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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

De hombres, ideologías y bosques

Knut Hamsun (1859-1952), al igual que Louis-Ferdinand Céline y Ezra Pound, apostó por el fascismo que surgió durante el periodo de entreguerras en Europa. Al término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los tres pagaron por sus ideas políticas. Francia repudió a Céline, aunque al hacerlo le asignara el papel de paria que tanto le hizo gozar. A Ezra Pound y a Knut Hamsun sus respectivos gobiernos (el estadounidense y el noruego) los declararon dementes y los encerraron en sendos manicomios. Dos hombres de semejante prestigio intelectual no podían tener ideas políticas tan equivocadas, luego debían de estar locos.

Pound pasó 12 largos -y cómodos, todo sea dicho- años en el asilo, mientras a Hamsun, que para entonces había cumplido 86, le conmutaron la pena por el internamiento en una residencia de ancianos y una multa que le dejó a dos velas.

TRILOGÍA DEL VAGABUNDO

Knut Hamsun

Traducción de Pedro Carrasco, F. C. y Luis Molins

Alfaguara. Madrid, 2005

517 páginas. 23 euros

En el juicio que se instruyó

contra Hamsun por colaborar con los nazis sus abogados le aconsejaron que abjurara de sus opiniones, pero se negó. Como casi todos los escritores en periodo de guerra, Hamsun escribió panfletos y dio discursos incendiarios en favor de su bandería; le regaló a Goebbels su medalla de premio Nobel, que había recibido en 1920, en prenda de amistad; y lamentó la muerte de Hitler, "un profeta-guerrero que anunció la justicia para todas las naciones de la tierra". Seguir el consejo de los letrados habría supuesto negar una carrera literaria dedicada en buena parte a relatar la vida del hombre capaz de vivir a tono con la naturaleza, del héroe nietzscheano, transvalorador, moderno y con una voluntad de hierro. La Trilogía del vagabundo, dejando aparte valoraciones biográficas, es un gran ejemplo de aquella literatura que en los países nórdicos se llamó neorromanticismo.

Hamsun publicó las tres novelas a lo largo de seis años. En la primera, Bajo las estrellas de otoño (1906), el protagonista y narrador Knut Pedersen (el auténtico nombre de Hamsun) vaga de granja en granja buscando trabajo, mientras le martiriza la obsesión con su neurastenia. Pedersen se afana compulsivamente en todo lo que emprende, desde la tala en el bosque hasta el enamoramiento de una propietaria, a la que sigue hasta la ciudad sin ningún resultado. En Un vagabundo toca con sordina (1909), el narrador vuelve a la misma granja seis años más tarde. De nuevo aquí la naturaleza, las labores del campo, el faenar de los criados y las juergas de los señores ocupan buena parte de la narración. Pedersen será testigo de la infidelidad de su enamorada, y de su desgracia final. Por fin, en La última alegría (1912) el protagonista es ya un anciano de 70 años que pasa de la soledad total del bosque a la convivencia con las personas reunidas en una pensión-sanatorio de alta montaña. Pedersen observa con humor y una minucia excepcionales todo lo que le rodea y es capaz de hacer retratos perfectos con un solo trazo, pero le domina la melancolía de saberse demasiado viejo para participar en los juegos de la vida. Es su última neurastenia, la que da fin a una novela vanguardista, la del hombre que vaga huyendo de sí mismo y no para de encontrarse.

El premio Nobel noruego Knut Hamsun.
El premio Nobel noruego Knut Hamsun.

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