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L'Hospitalet tendrá un hotel futurista cuya fachada cambiará según el tiempo atmosférico

El proyecto estará en la exposición que el Moma de Nueva York dedicará a la arquitectura españolaEl arquitecto considera que su trabajo combina frescura, inocencia e imaginación

Un edificio reflejará de noche el tiempo que ha hecho durante el día. Al estar recubiertos tres de sus lados por una malla de 6.500 dispositivos que incluyen cada uno una célula fotovoltaica, una batería, un ordenador y tres leds, la fachada del hotel que ha diseñado Enric Ruiz-Geli para la promotora Habitat variará en función del tiempo atmosférico y de las estaciones. El edificio, que comenzará a construirse en septiembre y se acabará en 2008, es uno de los proyectos estrella de la exposición sobre arquitectura española que se inaugurará en febrero en el Museo de Arte Moderno (Moma) de Nueva York.

El hotel contará también con espacios realizados por el artista Vito Acconci, que en su primera intervención en Barcelona está diseñando un jardín huerto que ocupará parte del vestíbulo de la planta baja y saldrá al exterior creando una sana confusión entre el espacio público y el privado, al tiempo que trepa también por la fachada norte del edificio; Evru (antes llamado Zush), que ha diseñado una pequeña sala de meditación en forma de burbuja que estará en la azotea; el grupo de diseño holandés Droog Design, que en la escalera principal, exterior, marcará en cada escalón el número de calorías que se gastan al utilizarlas, para promover su uso, y el arquitecto brasileño Ruy Othake, que en la planta superior, donde se situarán la sauna, el gimnasio y la piscina, planea hacer crecer una especie de jardín amazónico con semillas traídas directamente de Brasil.

También está previsto que en dos de las plantas, en la zona destinada a las habitaciones más exclusivas, se sitúe una sala mediática y a lo largo del año se produzcan colaboraciones con artistas que residirán temporalmente en el hotel para realizar proyectos específicos para el lugar. "Nuestra arquitectura siempre es una plataforma para el arte contemporáneo", explica Enric Ruiz-Geli (Figueres, 1968), arquitecto que se dio a conocer por sus escenografías tecnológicas para espectáculos y exposiciones, y que tras varios años presentando proyectos futuristas de difícil realización aplica ahora esta experiencia a la construcción de edificios reales, que parecen salidos de un cómic de ciencia-ficción. En Figueres construyó la Villa Bio, cuyo tejado es un huerto o jardín que ha causado estupor entre los vecinos de la zona; en Empuriabrava está construyendo la Villa Urbs, que parece un ovni biomorfo acabado de aterrizar; está terminando el proyecto ejecutivo del aviario del zoo marino de la zona Fórum y en otoño comenzará las obras de este hotel futurista en L'Hospitalet, uno de los seis del grupo hotelero Habitat, que en 2007 abrirá en la Diagonal el cinco estrellas que construye Dominique Perrault.

Estará ubicado en la Gran Via, 24, entre la plaza de Cerdà y la futura plaza de Europa, casi enfrente del centro comercial y en la misma acera que la ciudad judicial que ha diseñado David Chipperfield. El hotel tendrá categoría de cuatro estrellas, 135 habitaciones, entre ellas cuatro suites con balcón ajardinado, y 10 pisos de altura. Conjuga los tres elementos que definen en cierta manera la arquitectura de Ruiz-Geli: naturaleza, tecnología y arte.

"El concepto del proyecto es tu habitación en un árbol, porque la idea es que se entienda el edificio como un bosque", explica Ruiz-Geli. "Si la arquitectura es paisaje, la agricultura es un bosque parametrizado y es un edificio", escribe en el proyecto. Este concepto aparece tanto en la abundancia de vegetación real que incluye el proyecto -el huerto de Acconci de la planta inferior y la fachada norte, y la "selva" de la planta superior- como en la concepción de los dispositivos luminosos que define como"hojas artificiales". "Incluso a la salida del hotel está previsto que se ofrezca al cliente una bolsita con semillas", indica el arquitecto.El hotel que ha diseñado Enric Ruiz-Geli (www.e-cloud9.com) se sitúa en una zona en estos momentos casi caótica de L'Hospitalet; pero, afirma, no se aprovecha de esta circunstancia, sino que está pensado para que sea una pieza singular en lo que será un paseo arbolado cuando se haya cubierto parcialmente esta zona de la Gran Via. Incluso, explica, no ocupa toda la extensión del solar, sino que se retira ligeramente para que los edificios vecinos que están a punto de construirse puedan tener fachada a este paseo y disfrutar de un sol que la ocupación total del terreno les habría negado.

El hotel en sí es una estructura de hormigón con una organización muy funcional que deja la mayoría de las instalaciones a la vista y tiene fachadas acristaladas. Es lo que denomina compact. Sobre este cuerpo interior se sitúa la segunda piel de dispositivos lumínicos, que en ocasiones estará directamente situada sobre la superficie acristalada, creando así zonas de sombras que refrescan el interior, y en otras se distanciará de la fachada creando una especie de velo con forma de trama metálica. "El edificio contará con las medidas de sostenibilidad y ahorro energético que exige la normativa actual, pero además los jardines superiores y en fachada también ayudarán a crear un microclima que evita el excesivo uso del aire acondicionado", indica.

Los dispositivos luminosos, que aún están en fase de prototipo y que desarrolla junto con la empresa italiana iGuzzini, serán el elemento más espectacular ya que funcionarán como una especie de termómetro de la energía solar diaria. "Hemos calculado la cantidad de horas solares según las estaciones para poder diseñar con un cierto margen la capacidad de las baterias del dispositivo. Lo interesante es que cada una de estas hojas artificiales es autónoma y, además, funciona en cierta manera al azar, en función del día", explica el arquitecto. Afirma que está calculado que cada cuatro años habrá que cambiar las baterías de estos dispositivos. "Hay que asumir estos cambios. No creo que tengamos que construir con materiales que duren 300 años porque hay que dejar espacio para que sobre nosotros puedan hacerlo las nuevas generaciones", afirma. Y sostiene que estas tecnologías no son caras. "El hotel tiene un presupuesto de 12 millones de euros, de los que sólo un millón se destina a esta piel lumínica", indica.

El ordenador, que en los programas como el CAD-CAM en los que es un experto permite que pueda pasarse directamente del dibujo en ordenador al corte del vidrio, la madera o la piedra tal como está en la pantalla, ha supuesto una revolución que reduce el tiempo y los costes de muchos de estos proyectos, antes sólo utópicos. "El Movimiento Moderno separó la fachada, la estructura, las instalaciones..., todo estaba compartimentando. Ahora, gracias al desarrollo digital, estamos volviendo a Gaudí, a la integración de todas las partes. Ya no existen aquellos artesanos abnegados, y es una suerte porque era un trabajo casi de esclavos, pero en cambio gracias a la tecnología digital se puede trabajar un edificio de forma integral y orgánica. Hoy en arquitectura más es más, lo que funciona no es el minimal sino el maximal".

Villa Nurbs

Pero si la naturaleza y la tecnología son claves, en sus obras intenta contar también con la colaboración de artistas y técnicos reconocidos. En la Villa Nurbs, que construye para los propietarios de un conocido restaurante de Roses en Empuriabrava, ha partido de la idea de un bloque de hielo que se va descomponiendo. El edificio se repliega en su interior, en cuyo centro situará una piscina que se iluminará también de forma cambiante, y las habitaciones, sinuosas, contarán con muebles ideados por los jóvenes diseñadores Emili Padrós y Anna Mir, del estudio Emiliana Design, La estructura externa la realizará el ceramista Toni Comella, autor del mosaico de la cubierta del mercado de Santa Caterina, aunque con la intervención del artista Frederic Amat.

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