España supera por primera vez los 1.500 donantes de órganos
Las negativas familiares a la donación bajan a un mínimo histórico del 16%
La Organización Nacional de Trasplantes batió en 2005 sus récords: por primera vez el número de donantes de órganos pasó de 1.500 (en concreto hubo 1.548, un 3,5% más que el año anterior). Con sus órganos se pudieron realizar 3.828 trasplantes. Esta cifra supuso también que por primera vez en el mundo la tasa de donantes fuera de más de 35 por millón de habitantes. Parte del éxito se debe a la bajada de las negativas de familiares, que se redujo del 18% al 16,5%.
Cuatro comunidades alcanzaron tasas de donantes de más de 40 personas por millón de habitantes: Baleares, Asturias, Canarias y País Vasco, según destacó el presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz. Por debajo 30 están Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Galicia. En EE UU, segundo país en proporción, en 2004 la tasa fue de 24,1.
El grupo de edad mayoritario entre los donantes es el de los mayores de 60 años, lo que se corresponde con que la principal causa de fallecimiento sean las enfermedades cerebrovasculares, indicó la ministra de Sanidad, Elena Salgado. Al envejecimiento de los donantes se corresponde una mayor edad en los receptores. Se ha llegado a implantar un hígado en un paciente de 93 años, dijo Matesanz.
Los donantes de cadáveres extranjeros fueron el 5,5% del total, algo por debajo de su peso real en la población (están cercanos al 9%). Esta diferencia puede explicarse porque, en general, los inmigrantes son de media más jóvenes y su tasa de fallecimientos es menor que la media.
El responsable de la ONT subrayó que en cinco comunidades (Comunidad Valenciana, Asturias, Cantabria, Navarra y País Vasco), el porcentaje de familias que se negaban a donar los órganos de los fallecidos estaba cerca del 10%, un límite a partir del cual se considera que es "muy difícil de descender".
Los trasplantes de casi todos los órganos han aumentado: los de riñón, un 3,4%; los de hígado, un 2,9%; los de páncreas un 29,7% (un dato muy importante para los diabéticos, según apuntó Salgado) y los de pulmón un 16,8%. Han descendido ligeramente los de corazón, pero ello se debe a los avances en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, apuntó Matesanz. Los trasplantes de donante vivo han aumentado casi un 38%, hasta los 109 (85 de riñón y 24 de hígado).
Lista de espera
Los buenos datos, sin embargo, no reducen el número de personas que esperan un trasplante, que rondan las 5.000. Ello se debe a que cada vez se realizan este tipo de intervenciones a más pacientes. La espera media para un riñón está en los 15 meses (una espera que se puede aguantar porque existe la alternativa de la diálisis); la de un hígado alrededor de seis meses; la de un corazón en cuatro y la de un pulmón en seis. Respecto a los niños, Matesanz explicó que el principal problema eran los que necesitaban un corazón, ya que era difícil conseguir uno de su tamaño.
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