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Diluvio de juicios y multas sobre los semanarios de Marruecos

El director de la revista 'Tel Quel', condenado a dos meses

Uno tras otro, los semanarios independientes marroquíes sufren la embestida de la fiscalía o de sospechosos demandantes a los que los tribunales dan plena satisfacción, imponiéndoles cuantiosas multas y alguna que otra condena a meses de cárcel que no implican, por ahora, el ingreso en prisión. Las severas sentencias ponen en peligro la continuidad de publicaciones que son la avanzadilla de la libertad de expresión.

"La multiplicación de los juicios y de los interrogatorios de periodistas han (...) recortado la libertad", denunció el viernes el Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí (SNPM).

Tel Quel, un semanario liberal cuyo director, Ahmed Benchemsi, y un redactor fueron condenados el jueves a dos meses de cárcel y a 72.000 euros por haber difamado a una diputada, sostiene que el acoso que padece la prensa parte del Ministerio de Justicia.

Su titular, el socialista Mohamed Buzubaa, reveló en diciembre en el Parlamento que en su departamento existe una "célula encargada del seguimiento de los escritos publicados en los periódicos con objeto de sembrar la desesperanza y el desaliento y atentar contra las instituciones nacionales y la tradición islámica".

Por haber publicado en su portada una expresión al borde de la blasfemia, "Dios maldiga la religión de este país", que los marroquíes pronuncian para expresar su hartazgo, el dueño de la imprenta se negó a dar la orden de tirada del semanario Al Bidaoui (El Casablanqués). Impresor y distribuidor son, según el código de prensa marroquí, responsables subsidiarios de los contenidos de la publicación.

Pese a que su revista no se puso a la venta con esa portada, el director de Al Bidadoui, Abderrahim Ariri, está siendo investigado por la policía judicial, que recibió órdenes de la fiscalía. Se le reprocha "atacar al islam y a la patria". Varios semanarios, Le Journal y Al Michaal (La Antorcha), se solidarizaron con Al Bidaoui y reprodujeron la primera página prohibida. Sus directores no tardaron en ser convocados por la policía judicial.

Harenes reales

El caso que más tinta ha hecho correr ha sido el de la revista Al Ayam, cuyo director, Nuredin Miftah, y su reportera María Mukrim, premio nacional de periodismo, serán juzgados el 23 de enero por "difusión de falsas informaciones" y "publicación no autorizada de fotografías de la familia real". Pueden ser condenados hasta con un año de cárcel y 9.340 euros de multa.

Bajo el título Secretos del harén de palacio bajo tres reyes, Al Ayam dedicó en noviembre varias páginas a relatar el funcionamiento de esa cuasi institución femenina que conoció sus días de gloria en tiempos de Mohamed V y de Hassan II, pero que el actual rey, Mohamed VI, disolvió tras su entronización.

La investigación periodística no aporta grandes novedades porque casi todo lo que cuenta fue ya publicado en Francia. Aun así, es la primera vez que una revista marroquí aborda en profundidad este delicado tema con testimonios como el del doctor François Cléret, de 89 años, médico de Mohamed V.

"¿No considera usted que todo esto perjudica a la imagen de Marruecos, al honor de Su Majestad y a la familia real?", le preguntaban una y otra vez los policías a Miftah. "Quisimos tratar de un asunto que forma parte de la historia del país", se justificó el director de Al Ayam.

En la reunión preparatoria del Consejo de Asociación con Marruecos, que se celebró en Bruselas el 22 de noviembre, la delegación sueca propuso, con el respaldo de los demás países escandinavos y de Irlanda, incluir una condena del liberticida código de la prensa marroquí, según fuentes comunitarias.

La representación española se opuso a ello y, al final, la Unión Europea sólo recomendó a Rabat que "reexamine el código de prensa para eliminar las restricciones que entorpecen el pleno ejercicio de la libertad de expresión".

Portada de <i>Al Bidaoui</i> con la bandera marroquí y la frase polémica.
Portada de Al Bidaoui con la bandera marroquí y la frase polémica.

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