El PSE y el PP recriminan a Ibarretxe que defienda la plena vigencia de su plan

Socialistas y populares reprocharon ayer al lehendakari que haya atribuido plena vigencia al plan Ibarretxe en su discurso de fin de año porque lo consideran "una receta del pasado" cuyo rescate sólo puede traer "confrontación y crispación a Euskadi". Ibarretxe argumentó que en el viaje "irreversible" hacia la paz "no partimos de cero", ya que el plan que lleva su nombre contiene "los mimbres" para alcanzar la solución al contencioso vasco. El lehendakari pidió a ETA "valentía" para anunciar el cese de la violencia y animó al Gobierno socialista a que dé "pasos" como el acercamiento de los presos.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, está convencido de que la sociedad vasca se encuentra frente a una oportunidad real para conseguir la paz después de superar más de cinco años de incomunicación y enfrentamientos entre los partidos políticos. El pasado 29 de diciembre, el PSE apoyó los primeros Presupuestos del Gobierno vasco (PNV, EB, EA) desde que abandonara esa institución en 1998. En Álava, los socialistas están a punto de cerrar otro acuerdo presupuestario en la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria, dos instituciones gobernadas por el PP.

Además, el PSE cree que el hecho de que los terroristas lleven dos años y siete meses sin cometer un atentado mortal es un mensaje de esperanza. "Después de tantos años de sufrimiento y de oscuridad, brilla de nuevo la esperanza de encontrar una luz al final del túnel", afirmó el lehendakari en su discurso.

No obstante, a pesar de estar convencido de que el final del camino es la paz, Ibarretxe no descarta dificultades en el proceso e incluso atentados. "El camino será difícil, y no exento de momentos dramáticos", advirtió.

Por eso considera que ha llegado la hora de que ETA manifieste con valentía su voluntad de poner fin, de forma clara e inequívoca, al empleo de la violencia y la extorsión.

Al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le pidió que también dé "pasos" para avanzar en ese camino. Ibarretxe le instó a que asuma su responsabilidad y "desarrolle una política penitenciaria respetuosa con los derechos humanos". El PNV cree que el fin de la dispersión generalizada de los presos de ETA y su acercamiento a Euskadi acercaría la paz. El presidente vasco reiteró que sigue comprometido con el diálogo con todos los partidos, "desde el PP a Batasuna", para formar una mesa "sin vetos ni exclusiones".

Receta del pasado

Es en ese momento cuando el lehendakari argumenta que el plan que lleva su nombre es una propuesta "fundamental" que mantiene toda su vigencia política ya que contiene "los mimbres para la solución del contencioso". Ibarretxe recordó que la propuesta de nuevo Estatuto fue aprobada por mayoría absoluta en el Parlamento vasco el 30 de diciembre de 2004, pero no mencionó que fue rechazado en el Congreso de los Diputados a comienzos de febrero de 2005.

El portavoz de los socialistas vascos, Rodolfo Ares, advirtió de que no se puede pretender abrir una nueva etapa política con recetas del pasado que han demostrado que no facilitan el diálogo ni el entendimiento en Euskadi. Los socialistas le pidieron al lehendakari que no vuelva a caer en la equivocación "de mezclar paz y normalización porque el principal conflicto que nos preocupa a los vascos es el terrorismo". El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, lamentó el intento de "reflotar el plan Ibarretxe" porque "nos aboca a un futuro de división y confrontación entre vascos en este 2006".

Los miembros del Gobierno tripartito resaltaron su compromiso con la puesta en marcha de una mesa de partidos. Tanto la presidenta de EA, Begoña Errazti, como el portavoz de la Presidencia de EB, Mikel Arana, coincidieron en esa demanda, aunque el segundo abogó por otra mesa paralela para tratar asuntos de contenido social. El portavoz de Aralar, Patxi Zabaleta, emplazó a Ibarretxe a que asuma que su primera obligación es conseguir la paz.

El coportavoz de Batasuna, Joseba Permach, también cree que el plan Ibarretxe ha perdido la centralidad política que tenía aunque sí reconoce que en su preámbulo se recoge la pertenencia al pueblo vasco de las siete provincias, "y eso debe ser la base de la mesa de partidos".

[El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, hizo el sábado un llamamiento a la sociedad vasca a realizar todos los esfuerzos que conduzcan al final de la violencia y a la reconciliación. Uriarte pidió "una paz sin exclusiones" y reconoció que si no se consigue la paz la decepción sería "demoledora"].