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La Fundación Miró recrea el universo poético y tecnológico de Laurent Pernot

El Espai 13 de la Fundación Miró de Barcelona acoge la primera exposición individual en España del artista francés Laurent Pernot, formada por cuatro obras, que combinan fotografía, vídeo, instalación y recursos multimedia. La exhibición, abierta hasta el 29 de enero, forma parte del ciclo Érase una vez..., que presenta obras producidas en la escuela de arte Le Fresnoy, Studio National des Arts Contemporains de Tourcoing (Francia), seleccionadas por Pascale Pronnier y Marie Thérèse Champesme, responsable de exposiciones y comisaria de dicha institución, respectivamente.

Fiel a los dictámenes de Le Fresnoy, Laurent Pernot (Lons le Saunier, 1980), conjuga los lenguajes audiovisuales clásicos con los medios digitales, para dar vida a un universo, poblado de cuerpos hechos de luz, que aparecen y desaparecen gracias a las proyecciones. Lo que el artista define como "Presencias intermitentes, que parpadean entre la vida y la muerte". Es el caso de Partículas, una vídeo-instalación que dibuja la silueta de un cuerpo humano en constante metamorfosis, gracias a la interacción entre la luz y centenares de bolitas de vidrio, esparcidas en el suelo. Envueltas en la oscuridad, las canicas, reminiscencia arquetípica de una infancia feliz, parecen gotas de agua, pero a medida que el foco las ilumina materializan un cuerpo, cuyas transformaciones evocan el ciclo biológico, desde el nacimiento a la muerte.

Vestido de novia

La luz da vida también a la instalación For Ever, protagonizada por un vestido de novia, abandonado en el suelo, poseído por diferentes cuerpos que, gracias a la proyección, surgen y se desvanecen como sueños, visiones o fantasmas del pasado. Junto al vestido, en unas pequeñas pantallas colgantes, se proyectan unos retratos imaginarios generados por la tecnología digital, resultantes de la mezcla de imágenes encontradas en los viejos álbumes de familia con técnicas de animación tridimensional. La obra introduce una reflexión sobre la identidad y la memoria que el artista amplia en Confusión, un vídeo experimental, donde el rostro de un hombre desnudo es sustituido por múltiples caras, que fluctúan hasta cubrir por completo la visión del cuerpo. "¿Qué soy yo, sino la suma de los personajes que otros han proyectado en mí?", se pregunta Pernot en esta interpretación actualizada de las eternas preocupaciones que Pirandello plasmó en Uno, ninguno y cien mil.

Todas las obras se estrenaron en 2004, año en que Pernot finalizó su residencia artística en Le Fresnoy, excluida Territoires de l'image, una selección de fotografías, realizadas para un proyecto de libro, donde el artista asocia poemas e imágenes. Como las "presencias intermitentes" de las instalaciones, también en este caso los personajes se funden con el paisaje integrándose en él, hasta prácticamente desaparecer. "Es un espacio en las fronteras de lo real, pero que inevitablemente se refiere a él", afirma el artista.

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