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Entrevista:LUISA CASTRO | Poeta

"En poesía, la mujer es objeto; yo la he convertido en sujeto"

Jesús Ruiz Mantilla

El amor es mutante; si se le aplicara la prueba del carbono, nos sorprendería. La poesía es un buen nicho donde escarbar entre los fósiles del amor y cuando los hombres y mujeres del futuro quieran saber cómo lo vivimos ahora, además husmear entre los restos de ordenadores portátiles y el plástico de los móviles, repletos de mensajes SMS con signos a veces indescifrables, tendrán que leer a nuestros poetas contemporáneos. Si encuentran un incunable de Luisa Castro (Foz, Lugo, 1966) que lleve por título Amor mi señor (Tusquets), hallarán en sus páginas un viaje digno, cabal, sugerente a los territorios de la pasión de su tiempo y puede que encuentren respuestas y rarezas que les dejen atolondrados cuando dos amantes se lo lean al oído en sus cápsulas espaciales.

"Este libro niega la sumisión por parte de la mujer en el amor. Es la huida de una cárcel"

La autora ha tratado de racionalizar ese impulso, ese sentimiento, ese cuento eterno para algunos, esa esperanza inagotable para otros. "Sé que hacer comprensible la pasión es algo imposible, pero lo he sacado de dentro hacia fuera", asegura la autora, que ha trabajado sobre este poemario cinco años para conseguir una obra coherente, concentrada, nada dispersa. "Empecé a tientas, a ciegas, como parte de una necesidad de conocimiento. Tampoco pretende aportar una visión nueva, si no por la necesidad de explicarnos un fenómeno que es transformador y que cambia a lo largo de la historia", afirma. Al buscar en ese intento de comprensión, quizá aparezcan fuertes contradicciones, pero son cristalinas, abiertas porque, según la autora, "todo se basa en la experiencia directa y en la expresión honesta de un sentimiento".

Pero en los campos de batalla desgarrados de ese misterio, dentro de un tiempo, los curiosos no sólo encontrarán en esta obra rasgos de lo que era el amor en la Tierra a principios del siglo XXI, también podrán oler aires de épocas más lejanas, porque Amor mi señor indaga en formas de creación que se cultivaban en el siglo XII, más acordes con lo que es el amor hoy que en siglos más próximos. "En el amor burgués del siglo XIX o en el amor cortés del siglo de oro, la mujer era objeto. En las Cantigas de amigo, que hacían los autores galaico portugueses entre el siglo XII y el XIV y que beben de las jarchas mozárabes, la mujer, que también las componía, es sujeto amoroso", dice Castro. Esa transformación ha querido realizarla también ella en Amor mi señor, siguiendo la estela de otras autoras como Santa Teresa o Rosalía de Castro: "Ellas fueron de las pocas excepciones que intentaron lo que yo he querido hacer ahora. Convertir a la mujer en la poesía de objeto en sujeto. Las dos trataron de colocar el amor en un plano intelectual para poetizarlo".

Un cambio de plano fundamental, de florero a parte activa, de jarrón decorativo y en peligro de idealización constante a la igualdad plena. "Mi libro es la negación de la sumisión por parte de la mujer en el amor y la huida de una cárcel", cuenta la escritora. Para prueba, los primeros versos, toda una declaración de intenciones: "Desobediencia es / palabra triste / a soldado del amor. / Pero yo / no acataré a mi señor, / que me oprime, / no acataré los designios del amor / que niega mi señor, / no acataré su desdén, / su capricho, / no acataré su fuerza, / seré su enemigo, /seré su traidor...".

La conquista radical de la igualdad es lo que define al amor de hoy, aunque esa quimera, para Castro, es imposible. "Hoy la religión no pesa tanto sobre nosotros, las leyes reconocen la igualdad y el amor podría ser una lucha entre semejantes, pero ésa es una gran falacia, porque no somos idénticos. El amor es algo que genéticamente impide ese ideal", comenta.

En las esperanzas también existen abismos; en las expectativas, surge el conflicto: "El amor es una forma de conocimiento también y los géneros hoy se funden más, pero siempre es el lado femenino el que aporta más. La mujer va buscando seguridad y huye del amor que no ofrece protección", advierte Castro.

Luisa Castro.
Luisa Castro.ANXO IGLESIAS

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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