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Ecologistas destapan otro informe contra el puerto exterior de Pasajes

Hidrocantábrico prevé construir en él una planta de ciclo combinado

Mikel Ormazabal

El colectivo ecologista Jaizkibel Bizirik desveló ayer que un estudio encargado por la propia Diputación de Guipúzcoa cuestiona la viabilidad económica del puerto exterior de Pasajes, reafirma su elevado impacto ambiental y advierte de la falta de rigor en los estudios y los datos sobre los que se pretende justificar este macroproyecto portuario. Miembros de esta plataforma acusaron a la institución foral de ocultar de forma "intencionada" el mencionado informe, elaborado en 2002 por la empresa LKS Consultores.

Entre las conclusiones del informe, Jaizkibel Bizirik destacó la siguiente: "La inversión del puerto exterior es como la construcción de una catedral, que sí moviliza recursos en un momento, pero no tiene finalmente justificación económica". El "punto más débil" del proyecto, dice el estudio, es que "no se resuelve la gran incógnita de cómo captar el aumento y diversificación de las mercancías" que el puerto exterior necesitaría, por lo que "no se justifica claramente la importancia estratégica del proyecto".

Los ecologistas advirtieron de que el proyecto de dársena a mar abierto podría llevar aparejada el cierre de la actual central térmica de Pasaia y su sustitución por una planta de ciclo combinado. Precisamente, la empresa asturiana Hidrocantábrico, propietaria de Naturcop, tiene comprometido construir en esta localidad una planta de ciclo combinado de dos unidades de 400 megawatios cada una, según publica hoy el periódico Cinco Días. La inversión sería de 300 millones y contaría con 50 empleados.Los representantes de Jaizkibel Bizirik Miren Alkorta y Daniel Adrián añadieron que el informe de LKS sostiene que el puerto exterior de Pasaia es "una ampliación de negocio" cuyo plan de viabilidad no explica "cómo, dónde ni en virtud de qué argumentos de competitividad se va a captar el aumento de clientela necesario". Y añade: "Se hace una inversión que es riqueza para las constructoras, y se crean puestos de trabajo, aunque la mayoría temporales". La Diputación de Guipúzcoa, a preguntas de este diario, desestimó ayer hacer alguna declaración sobre la existencia de este estudio.

Jaizkibel Bizirik recordó que existe otro informe encargado por el Gobierno foral en el que también se cuestiona la oportunidad de construir una dársena en las faldas del monte Jaizkibel. Se trata de un estudio de alternativas elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid, cuyas conclusiones se conocieron a comienzos de este año. Este último análisis, elaborado por el doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Julio Pozueta, concluye que el puerto exterior es la opción "más negativa desde el punto de vista económico, social y ambiental".

Colapso de infraestructuras

A la vista de todas estas argumentaciones, el grupo ecologista opinó que el intento de crear esta infraestructura, que exige una inversión de 733 millones de euros, sólo se justifica por el interés de la Diputación de "realizar la obra", "la especulación inmobiliaria en los terrenos desalojados" de la dársena actual y "la posible construcción de una central térmica en una segunda fase de obra".

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El colectivo Jaizkibel Bizirik se opuso también a la última solución que barajan las instituciones para sacar adelante el puerto exterior, consistente en crear una isla artificial constituida por los muelles, que estarían unidos a la costa por una pasarela de 200 metros. Pese a que este grupo ecologista reconoce que no posee muchos datos técnicos de esta idea, considera que el denominado puerto-isla tendría un impacto ambiental "no inferior" al del proyecto inicial. "La obra supondría rellenar una gran superficie del mar, destruyendo la riqueza que posee, así como alterar el régimen de corrientes", lo que convertiría los acantilados en "simples paredes muertas".

La solución conocida como puerto-isla podría contar con el apoyo de EA, partido que hasta ahora se ha opuesto, tanto en el Gobierno vasco como en la Diputación guipuzcoana, al proyecto original de construir los muelles bajo los acantilados. Jaizkibel Bizirik señaló que la nueva propuesta, además de los daños medioambientales, "provocaría el colapso de infraestructuras en el interior" de la bahía, donde coincidirían "un puerto seco, una estación intermodal y varias plataformas logísticas". En opinión de este colectivo tampoco se justificaría desde el punto de vista económico. Los integrantes de Jaizkibel estuvieron respaldados ayer por representantes de EA, EHAK y Aralar.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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