_
_
_
_

El avión en el que viajaba Bono se sale de la pista al aterrizar en Bosnia

El incidente, que no causó ningún herido, obligó a enviar un nuevo Hércules desde España

Miguel González

"Majestad, hemos vuelto a nacer, es lo que ha dicho el piloto". Con estas palabras relató el ministro de Defensa, José Bono, al Rey el incidente que sufrió a mediodía de ayer al aterrizar en Mostar, primera etapa de su gira por Bosnia, Kosovo y Pakistán para felicitar las navidades a las tropas españolas. El Hércules C-130 del Ejército del Aire que traía a la comitiva oficial desde Dubrovnik (Croacia), donde quedó el Airbus 310 en el que salió de España, rodó más de 200 metros campo través tras salirse de la pista.

Más información
Defensa abre una investigación sobre el accidente del avión de Bono en Mostar

Las malas condiciones meteorológicas, con lluvia y nubes, y el hecho de que el aterrizaje deba realizarse visualmente, llevaron al piloto a tomar tierra hacia la mitad de la pista, sin espacio suficiente para frenar. El avión, en el que viajaban 59 personas -entre representantes del Ministerio de Defensa, periodistas y tripulantes-, superó las balizas de cabecera de pista y quedó en medio de un prado, tras romper una alambrada. Dos camiones de bomberos y una ambulancia se acercaron de inmediato y los pasajeros fueron evacuados con premura, ante el temor de que pudiera incendiarse.

Como le explicó el ministro al Rey, todo quedó en "un susto", sin que ningún ocupante resultara lesionado, aunque podría haber sido muy diferente de encontrar algún obstáculo. Para la mayoría de los pasajeros sólo fue un aterrizaje algo más violento de lo habitual, pero el ministro iba de pie en la cabina, por lo que fue consciente en todo momento de lo que pasaba y se golpeó ligeramente una cadera. Quien peor lo pasó fue el piloto. "El chico se me ha disculpado. Está destrozado", le contó Bono a don Juan Carlos.

Lo lógico, según un experto, hubiera sido abortar el aterrizaje, pero ello hubiera alterado el programa de la visita, lo que llevó al piloto a apurar demasiado sus posibilidades. La maniobra dañó parte del sistema de aterrizaje del avión, según Bono, por lo que fue preciso disponer autobuses para regresar por carretera a Dubrovnik, y enviar un nuevo Hércules desde Zaragoza para viajar hoy a Kosovo.

Tras bajar del avión, el ministro, acompañado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz; el jefe del Estado Mayor del Ejército, José Antonio García González, y dos parlamentarios -el senador Jaime Blanco y el diputado Jesús Cuadrado, ambos del PSOE, únicos que han atendido la invitación de Defensa-, se dirigió a un hangar donde aguardaba buena parte de los 484 militares españoles destinados en Bosnia. Allí Bono les trasladó las felicitaciones y saludos que le acababa de transmitir el Rey, a quien llamó con su móvil para informarle del incidente, y les agradeció un trabajo que les mantiene lejos de sus familias, especialmente en estas fechas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El ministro recordó que la próxima primavera se cumplirán 5.000 días desde que los primeros soldados españoles llegaron a Bosnia, en octubre de 1992, y recordó que entonces era un país en guerra, mientras que ahora aspira a ingresar en la Unión Europea. Desde hace un año, la Operación Althea, en la que participan 6.270 militares de 33 países, está bajo mando de la UE. El general Benito Raggio, que acudió a recibir a Bono a Dubrovnik y compartió su accidentado aterrizaje en Mostar, dirige durante este semestre la Task Force del Sureste, en la que participan también Francia, Alemania e Italia.

La actual agrupación, basada en el tercio de la Legión de Ceuta, hace la número 26 de las enviadas a Mostar, en cuya plaza de España un monolito recuerda a los 21 españoles que han dejado aquí la vida en estos 13 años, a los que el ministro de Defensa rindió ayer homenaje acompañado por el alcalde de la ciudad, el croata Lijubo Beslic.

El Hércules en el que viajaba el ministro de Defensa, fuera de la pista tras aterrizar en Mostar.
El Hércules en el que viajaba el ministro de Defensa, fuera de la pista tras aterrizar en Mostar.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_