Las operación militar española en Pakistán acabará en enero y ha costado 18 millones

España ha pedido a la OTAN que haga un análisis autocrítico -el llamado informe de lecciones aprendidas- sobre la misión de ayuda a las víctimas del terremoto de Pakistán y lo distribuya a todos los países miembros. El Gobierno español no está nada satisfecho con la forma en que la OTAN ha manejado la primera activación de su fuerza de acción rápida (NFR): aunque los 370 soldados españoles han acudido a la región de Cachemira, al noreste del país, bajo bandera de la OTAN, su coste (en torno a 18 millones de euros) deberá pagarlo íntegramente España.

El ministro de Defensa, José Bono, visitará mañana al contingente español en Pakistán, tras felicitar las Navidades a los soldados desplegados en los Balcanes. Cuando lo haga, faltarán sólo dos semanas para que, a partir del 11 de enero, los militares empiecen a desmontar su campamento en el valle del Dhani, junto a la localidad de Arja, y emprendan el regreso a casa.

El repliegue deberá estar concluido para el 3 de febrero, cuando expira el acuerdo entre la OTAN y el Gobierno paquistaní que regula la presencia de las tropas extranjeras en el país. Precisamente, la ausencia de este acuerdo bloqueó durante una semana a las tropas españolas en el aeropuerto de Lahore, a más de 500 kilómetros del epicentro del terremoto que el pasado 8 de octubre mató a unas 86.000 personas.

Ése es el primer motivo de queja de España: mientras sus tropas se movilizaron en tiempo récord -la orden se dio el 26 de octubre y la avanzadilla voló a Pakistán cuatro días después-, la burocracia de la OTAN tardó mucho más en lograr un acuerdo para que pudieran actuar.

La segunda queja es, sobre todo, económica. Aunque las tropas están en Pakistán bajo bandera de la OTAN, ya que España lidera este semestre el componente terrestre de la Fuerza de Reacción Rápida (NFR), la Alianza no pone un euro. Defensa cifra el coste de la Operación Respuesta Solidaria II (como la ha bautizado) en unos 18 millones de euros. Es más del doble de lo que costó la Operación Respuesta Solidaria I, de ayuda a las víctimas del tsunami, e incomparable con los 900.000 euros donados por el Gobierno español como ayuda de emergencia para Pakistán.

Las ventajas de este sistema son evidentes para la OTAN, pero no para España, que podría haber capitalizado su ayuda con una operación bilateral.