El PSE amenaza con suspender el acuerdo si el Gobierno lo minimiza

El PSE-EE amenazó ayer al Gobierno con la advertencia de que el acuerdo presupuestario firmado el martes puede aún suspenderse y quedar sin efecto antes del día 29, fecha en la que se votarán las cuentas en el pleno del Parlamento. Los socialistas consideran que la propia vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, además de otros miembros del Gobierno, mantienen respecto del acuerdo alcanzado la actitud de "rebajarlo y denigrarlo", al cifrar en 27 millones los compromisos y obviar la cifra de casi 250 que figura en la última página del pacto suscrito. "Si eso no se corrige, nosotros no tenemos ningún problema en dejar en suspenso el acuerdo. Que lo tenga muy claro el Gobierno", dijo ayer su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor.

Pastor opinó que Zenarruzabeitia intenta "apagar fuegos" en el tripartito, cuyas aguas "no bajan tranquilas". Sin embargo, expresó la negativa de su partido a ser el pagano de los equilibrios interno del Ejecutivo, a quien invitó a que se ponga de acuerdo consigo mismo y diga si le interesa o no un acuerdo que le va permitir aprobar los Presupuestos de 2006 sin sobresaltos.

"Nada que decir", fue la fórmula usada por fuentes de la Vicepresidencia del Gobierno, para las que "no hay nada que corregir". Ante el pleno del día 29, "es el PSE el que tiene que decidir", señalaron. Por su parte, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), señaló que no hay que minusvalorar el pacto, pero tampoco "engrandecerlo". Por su parte, la popular María San Gil acusó a los socialistas de "hacer teatrillo" con sus protestas.La presidenta de EA, Begoña Errazti, vino ayer a echar sal sobre la herida al afirmar en una entrevista en Euskadi Irratia que el Gobierno tenía previsto ceder en partidas por 300 millones ante EHAK, pero que el PSE pidió sólo 27. "Ha planteado bastantes menos cosas, y está bien, porque son sus intereses, 27 millones", dijo.

Éstas y otras declaraciones producidas desde el momento mismo de conocerse el acuerdo revelan tanto el nulo entusiasmo por él en el Gobierno, como la necesidad de sus integrantes de justificar por qué no se pactaron las cuentas con EHAK.

Esta formación consideró ayer que el acuerdo está hecho "a la medida del PSE y del PNV", y que es sólo "una pequeña parte" de un pacto más global del partido que dirige Josu Jon Imaz con el PSOE. EHAK tomó como una prueba de ello el hecho de que "ni siquiera el Gobierno lo está apoyando". EHAK calificó de "esclarecedora" la advertencia de Pastor y la interpretó como "un toque de atención" ante el hecho de que el pacto "ha encontrado en este país oposición hasta en el Gobierno". El grupo abertzale criticó asismismo el silencio del lehendakari, y apuntó que Ibarretxe puede haber "delegado todas sus funciones en la presidencia del PNV".

El portavoz socialista consideró "inaudito" que sea su grupo el que más defienda el acuerdo, mientras el Gobierno, su principal beneficiario, porque es quien saca adelante las cuentas, parece avergonzarse de él. "Lo lógico, si se firma un acuerdo, es que ambos estemos relativamente satisfechos. Yo estoy orgulloso, y creo que es un buen acuerdo para el país. Le pido al Gobierno la misma actitud", reclamó.

El portavoz socialista pidió a la vicelehendakari que, si tiene necesidad de "apagar fuegos en esa cuadrilla que tiene de socios de Gobierno", no lo haga "a costa del Partido Socialista".

Pastor, que explicó que el acuerdo se alcanzó tan a última hora porque el Gobierno era "renuente" al acuerdo con el PSE y lo suscribió "a regañadientes", ofreció suspenderlo. "Si [al Gobierno] no le convence el acuerdo, si le parece que lo ha firmado un poco forzado, el PSE no tiene ningún problema en dejarlo en suspenso".

Pastor contrastó la actitud del Ejecutivo con la del PNV, cuyo portavoz, Iñigo Urkullu, calificó de "gran acuerdo" el suscrito el martes, y resaltó también que los sindicatos CCOO y UGT y la patronal se han alegrado de su firma, en lo que revela "un inmenso alivio" social.

Otra fuentes socialistas consultadas por este periódico dijeron que el Gobierno debe interpretar las palabras de Pastor como "un aviso serio" y "aclararse" sobre si desea o no mantenerlo. "Todavía estamos a tiempo de deshacerlo", aseguraron.

Esas mismas fuentes valoraron que en las fechas que median hasta el día 29, "las cosas pueden enderezarse o complicarse" y que depende del Ejecutivo el que acontecimientos discurran en una dirección o en otra.

Con todo, no parece que el PSE vaya a exigir a la vicelehendakari una rectificación formal, pero sí que el Gobierno hable con una sola voz y que el lehendakari llame al orden a sus integrantes para que dejen de expresarse manifestaciones que infravaloran el acuerdo.