PSC y republicanos abren un "periodo de reflexión" para resolver la crisis de Barcelona
ICV defienden que el 'no' a la ordenanza no supone un "drama"CiU insta a la jefa de filas de los ecosocialistas a abandonar el tripartito
La crisis abierta en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona por el no de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) a la nueva ordenanza que el pleno del consistorio aprobará hoy no lleva camino de cerrarse. Más bien parece todo lo contrario. Ayer, ICV persistió en mantener el voto negativo de sus cinco regidores tras el plazo de 24 horas que se dio la comisión de seguimiento del pacto de gobierno, una actitud que para la mayoría socialista y los socios de ERC es seria y merece la apertura de un "periodo de reflexión" sobre la esencia del propio pacto de gobierno.
La reunión de la comisión de seguimiento del pacto de gobierno fue corta: duró algo más de media hora. ICV tenía claro que no iba a modificar su postura y que seguiría votando no a la ordenanza sobre civismo y convivencia. Fue una reunión en la que cada uno expresó su forma de entender la crisis abierta en el tripartito municipal y lo que se tiene que hacer a partir de que la ordenanza sea aprobada. No faltaron los reproches -en tono duro y con cierta crispación- entre los dos socios minoritarios, especialmente los de ERC a ICV por una actitud que creen que no es realista ni con las peticiones de una mayor parte de la ciudadanía para poner freno al incivismo, ni con las "obligaciones y responsabilidades" que supone formar parte de un gobierno municipal. Se planteó, con un punto de agresividad verbal, que la división del equipo de gobierno propiciará una especial atención de la ciudadanía al cumplimiento efectivo de lo que dispone la ordenanza, y en consecuencia, más tensión. La tesis que compartían socialistas y republicanos es que ICV podía dejar clara su postura con la abstención, pero que votando en contra pone en una situación difícil la aplicación de la ordenanza y el acuerdo de gobierno.
En tono más moderado, los representantes del PSC achacaron a los ecosocialistas "que no bajaran a la tierra" y admitieran que las demandas ciudadanas de más civismo proceden de la mayoría y que eso merece una reflexión que tiene que ir más allá de un posicionamiento ideológico. Y que tiene más que ver con la necesidad de tomar decisiones políticas no coincidentes con las ideológicas.
El no de ICV a las ordenanza supone para socialistas y republicanos tener que abrir un "periodo de reflexión", una expresión que utilizaron tanto Xavier Casas (PSC) como Jordi Portabella (ERC) al salir de la reunión. Casas calificó de "sorprendente" la evolución de ICV de la abstención al no, "lo que obliga a abrir un periodo de reflexión en el seno del PSC, como fuerza mayoritaria del triparito, para poder entender lo que ha sucedido".
Al preguntársele si un periodo de reflexión puede suponer cambios en la distribución de responsabilidades dentro del equipo de gobierno, Casas no contestó. Sí afirmó, no obstante, que el compromiso de los tres partidos de garantizar la convivencia o de buscar las mejores fórmulas para conseguirlo era "precisamente" uno de los ejes destacados en el pacto de gobierno. "Hace falta ver cómo influye en el pacto de gobierno la nueva situación", añadió.
En cuanto a la aplicación de la ordenanza en medio del desacuerdo político, Casas fue muy contundente y aseguró que "se hará tal como se apruebe". Portabella también se refirió a la necesidad de abrir un "periodo de reflexión" y fue crítico de forma abierta con Mayol: "Lo que no se puede hacer es dimitir de las responsabilidades". Tampoco quiso pronunciarse sobre modificaciones en el reparto de responsabilidades entre los socios si finalmente la disensión por la ordenanza va más allá.Portabella sólo matizó que ese planteamiento se podría dar dentro del "periodo de reflexión". "No voy a negar que ahora la cosa está muy caliente, y en estas circunstancias más vale dar un tiempo al sosiego", zanjó. Lamentó que, pese a los cambios de carácter social que se han introducido en el texto de la ordenanza sobre el civismo, en el proceso de debate, la postura de ICV no sólo no haya evolucionado hacia el sí, sino que se haya inclinado finalmente por rechazar la normativa. Creo que la postura tiene "más de decisión estética que de contenido".
La preocupaciones por el alcance del voto negativo más allá de la propia aplicación de la ordenanza no son de tanto calado para la presidenta del grupo de ICV. Al menos eso se pudo desprender ayer de las declarariones que hizo al término de la reunión. Insistió en que el no obedece a una cuestión de principios, "de manera de entender cómo se gobierna la ciudad. El desacuerdo es sobre la forma de gobernar la ciudad".
Pese a la contundencia de esas palabras, la líder ecosocialista dijo que no había que dramatizar. "En un gobierno plural se tiene que asimilar y digerir un voto contrario. Hoy ha pasado en el Parlament -con la votación en la que ERC se ha alineado con CiU respecto a las mayorías válidas para retirar el Estatut- y no ha ocurrido nada más que eso. El nuestro es un triparito muy consolidado, con una cultura de coalición demostrada que podrá asimilar un voto contrario".
La líder de ICV quiso aclarar que su voto no significa que no acate lo que dispone la ordenanza. "Eso es absurdo. Claro que se aplicará en el distrito de Horta-Guinardó [el gobernado por la edil Elsa Blasco, de ICV]. Tenemos la obligación de aplicar lo que se aprueba por mayoría. Sería tan absurdo como no aplicar el Código Penal porque se está en contra de él".
En opinión de Mayol, es absurdo pensar en una modificación de las responsabilidades municipales por el no a la ordenanza. "Estoy segura de que algo así no pasará". Lo que hay que hacer, vino a decir la líder de ICV, es seguir trabajando.
En consecuencia, rechazó frontalmente la posibilidad de que ICV abandone el gobierno municipal por la crisis abierta pero negada por los tres socios de gobierno. Esa posibilidad fue planteada ayer por Xavier Trias, presidente del grupo municipal de Convergència i Uniò (CiU). "Él lo que quiere es un gobierno inestable y no se lo vamos a facilitar", afirmó Mayol.
CiU no ha desaprovechado la oportunidad para cargar con fuerza contra el tripartito municipal.
El portavoz del grupo municipal, Joan Puigdollers, pidió ayer a los concejales de ICV que, por coherencia, dejen el gobierno municipal si votan en contra de la ordenanza de convivencia por una cuestión de "principios ideológicos". Puigdollers se mostró sorprendido de la "dureza" de las manifestaciones de Mayol y lamentó la "falta de liderazgo" del alcalde, Joan Clos, en un momento de grave crisis de gobierno.
"Creemos que si un grupo es contrario a una cuestión fundamental de valores, no puede mantenerse en el Gobierno, por lo que ese no a la ordenanza tiene que ir acompañado por la dimisión inmediata", afirmó el portavoz de CiU. E insistió: "No puede ser que un partido que siempre está dando lecciones de ética prefiera ahora la cartera a los principios".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.