Una incógnita multiplicada por diez

La exposición a altos niveles de cadmio durante un corto periodo produce náuseas, vómitos, diarreas, daños hepáticos, convulsiones y fallos renales. Su ingestión a menor dosis durante años puede causar daños en los riñones, el sistema respiratorio y los huesos. Pero todo depende de la dosis, y ése es precisamente el dato que el Gobierno chino no ha facilitado.

La factoría que ha sufrido el escape de cadmio es la tercera mayor fundición de zinc de toda China. El cadmio es un acompañante habitual del zinc en los minerales de los que se obtiene éste, y las factorías de este tipo tienen que deshacerse del primer metal para purificar el segundo. Por esta razón, las fundiciones de zinc son una fuente tradicional de contaminación por cadmio. Por ejemplo, entre 1987 y 1993 las fundiciones de zinc de Arizona y Utah dejaron escapar unas 400 toneladas de cadmio a los suelos y ríos circundantes, según los cálculos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos.

La televisión de Shanghai apuntó ayer que los niveles en el río Norte alcanzaban "10 veces el valor normal de cadmio". El límite que suelen considerar aceptable las agencias occidentales es de cinco ppb (parts per billion, o partes por mil millones), equivalente a cinco miligramos de cadmio por metro cúbico de agua. Si eso es también lo "normal" en China, el río llevaría 50 miligramos de cadmio por metro cúbico (o 50 microgramos por litro). ¿Es eso mucho?

Las principales vías de exposición al cadmio son la comida y el tabaco. Un no fumador que viva en una zona no contaminada ingiere con su dieta de 10 a 25 microgramos de cadmio al día. Un fumador duplica esa cifra. La Organización Mundial de la Salud considera tolerable una ingesta de 70 microgramos de cadmio al día. Esa cantidad se alcanzaría bebiendo un 1,5 litros de agua del río contaminado. No sería grave.

Pero "10 veces el valor normal" puede significar muchas cosas en Guangdong. Tantas como la palabra "normal".