Las infecciones pueden ser un factor clave en la aparición del cáncer infantil
Las infecciones comunes que afectan a la madre y al bebé podrían desempeñar un papel clave en la aparición de algunos tipos de cáncer en los niños. Aunque la idea no es nueva, la teoría del origen vírico de algunos cánceres se refuerza ahora con nuevas pruebas derivadas de un reciente análisis de las estadísticas de cáncer infantil en el Reino Unido.
Los investigadores británicos han analizado para ello un registro de casos de cáncer durante un periodo de 45 años. Y han descubierto un patrón en el que dos tipos frecuentes de cáncer infantil (leucemia y tumores cerebrales) se producían repetidamente en momentos y ubicaciones geográficas similares. Este "agrupamiento espaciotemporal" de los casos es un patrón típico de las enfermedades infecciosas, lo cual da más peso a la teoría de que los brotes de virus infecciosos son una posible causa del cáncer. Sin embargo, los investigadores hacen hincapié en que no se puede decir que una persona "coge un cáncer", ya que es probable que la infección sólo lo provoque en un número muy reducido de los afectados que ya son genéticamente propensos a la enfermedad.
Ahora hay más pruebas de que los virus pueden causar ciertos tumores en niños predispuestos
"Hemos descubierto que el lugar de nacimiento tiene un peso importante, lo cual indica que una infección en la madre mientras está embarazada de su bebé, o durante los primeros años del niño, puede ser un factor desencadenante del cáncer. Podría tratarse de enfermedades menores y comunes que ni siquiera se comunican al médico de cabecera, como un constipado, una gripe leve o un virus respiratorio. Sin embargo, estas infecciones sólo provocarían cáncer en personas que ya sean portadoras de células mutantes. El virus atacaría la célula mutante y causaría una segunda mutación, lo cual daría lugar a la aparición de cánceres como la leucemia o los tumores cerebrales", explica el director del trabajo, Richard McNally, de la Universidad de Newcastle.
Los descubrimientos, que se publican en el European Journal of Cancer, pueden conducir a unas mejores medidas de prevención contra el cáncer y podrían tener como resultado un mejor tratamiento.
El estudio se ha centrado en los datos del Registro de Tumores Infantiles de Manchester, incluyendo todos los cánceres infantiles en niños de cero a 14 años diagnosticados entre enero de 1954 y diciembre de 1998. Los investigadores llevaron a cabo una sofisticada modalidad de análisis estadístico para determinar dónde había un patrón de ciertos tipos de cáncer en relación con el momento y el lugar del nacimiento de los niños y el momento y el lugar en el que vivían cuando se les diagnosticó. Y descubrieron que, dependiendo del tipo de cáncer, aparecieron entre el 8% y el 13% más de tumores de los esperados.
"Nuestra investigación es importante, pero sólo ofrece una pieza más del rompecabezas. Todavía no sabemos lo suficiente como para aconsejar sobre medidas preventivas. Aun así, es importante recalcar que los casos de cáncer siguen siendo poco habituales en niños", afirma McNally. "Estos hallazgos aportan más pistas sobre una relación entre los virus y algunos tipos de cáncer infantil, pero necesitamos más pruebas antes de poder estar seguros. Resultará tranquilizador para las madres el descubrimiento de que los niños que entran en la guardería o que son socialmente más activos durante su primer año de vida presentan un menor riesgo de leucemia infantil. Ello puede deberse a que su sistema inmunológico se ha fortalecido al estar expuesto a una amplia variedad de infecciones desde una edad temprana", indica John Toy, director médico del Cancer Research de Reino Unido, que ha participado en la financiación del estudio.
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