Del catecismo a las fábricas
300 fotografías muestran la evolución social y laboral de la mujer española
Siete miradas, siete rostros que trataban de salir del analfabetismo en el que se veía inmersa España en el siglo XIX. En 1849, sólo un 23% de los matriculados en las escuelas eran niñas, y en 1890, el 90% de las mujeres eran analfabetas, según recoge el libro Mujer, trabajo y sociedad (1839-1983), de Luis Alberto Cabrera Pérez, editado por las fundaciones BBVA y F. Largo Caballero. Las 300 imágenes que figuran en la obra, procedentes de instituciones, archivos y particulares, son testimonio fotográfico y documental de la situación de la mujer en España.
Las pocas mujeres que llegaban a una escuela en el siglo XIX y principios del XX recibían formación en catecismo, primeras cuentas y todo tipo de labores manuales, según narra el autor del trabajo. "En 1923 sólo había 23 universitarias en España".
La lucha de las mujeres por lograr los mismos derechos que los hombres se refleja en muchas de las imágenes que se muestran en el libro. Cabrera Pérez salpica el trabajo con algunas anécdotas, como la que sufrió la catedrática de Lenguas Emilia Pardo Bazán cuando, en 1916, tuvo que suspender sus clases en la Universidad Central, a los dos meses de iniciarlas, porque los chicos no asistían, indignados por que una mujer pudiera enseñarles. Pero algo peor le ocurrió a Rosario Acuña, que fue nada menos que apedreada en 1850 por atreverse a acudir a la universidad.
La obra arranca en 1839 -fecha de la realización en España del primer daguerrotipo por Ramón Alabern en los Porxos d'en Xifré-, y en ella las imágenes reflejan el paso de una sociedad agrícola y preindustrial a otra más industrializada. Algunas de las fotos más impactantes que figuran en el libro son las del siglo XIX o principios del XX, cuando las mujeres ingresaban en las fábricas entre los 9 y los 14 años cobrando la mitad de salario que los hombres. Así seguían hasta los 25 o 30 años para casarse y tener hijos.
A pesar de la oposición de los obreros, contrarios al trabajo femenino en las fábricas, en 1839 trabajaban en el textil catalán 45.210 mujeres de un total de 117.487 empleados en el sector. Las fotos muestran campesinas, criadas, tejedoras, bordadoras, barrenderas, cosedoras de alpargatas, vendedoras de turrón, enfermeras, mujeres en fábricas de papel, de leche o preparando el producto para las conserveras. Impactan las imágenes de una madre que posa con su hija muerta en los brazos o los rostros de unas niñas protestando por la subida del pan.
El libro de Cabrera finaliza en el periodo 1975-1983, cuando la mujer en España se fue incorporando de forma masiva a la vida social, económica y política del país.
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