¿Queremos un pacto educativo?

Todo el mundo habla de la necesidad de llegar a un gran pacto social y político por la educación, pero ¿de verdad queremos ese pacto? o ¿se dice porque es lo políticamente correcto, porque es lo que la sociedad está exigiendo a todas las fuerzas políticas y sociales?

Es evidente que tenemos diferentes visiones sobre las funciones que debe cumplir el sistema educativo en nuestra sociedad y hay que suponer que además todos pensamos que nuestra visión es la correcta. Pero, si además nos creemos que la educación es un factor fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad, tendríamos que ser capaces de decir con claridad cuáles son los principales problemas que tiene el sistema educativo en la Comunidad Valenciana, cuáles son las nuevas demandas de la sociedad y qué medios estamos dispuestos a poner para resolver esos problemas, para responder a esas nuevas demandas.

El profesorado, los demás sectores de la comunidad educativa y la inmensa mayoría de los ciudadanos están ya hartos de debates falsos sobre grandes titulares. Lo que demandan, entre otras cosas, es que haya una oferta suficiente de plazas en educación infantil, que se adopten las medidas necesarias para mejorar el nivel de los aprendizajes básicos en la educación obligatoria, que la gratuidad de la enseñanza sea efectiva en todos los centros que pagamos entre todos, los públicos y los concertados, que haya una mayor oferta de servicios educativos complementarios, que se mejore el clima de convivencia en los centros y que la educación deje de ser un arma de confrontación política permanente.

Pero además, la sociedad debe ser consciente de que el profesorado se siente muchas veces impotente para poder desarrollar su trabajo con normalidad. Y se siente impotente porque no tiene los instrumentos necesarios para responder a esas nuevas demandas, para atender en condiciones al alumnado escolarizado. Hoy, los centros son más complejos que nunca y necesitan la incorporación de nuevos profesionales, como trabajadores o educadores sociales y mediadores culturales, necesitan una normativa de escolarización que impida que algunos centros seleccionen a su alumnado y se creen guetos en otros centros, necesitan tener más autonomía para poder atender a la diversidad del alumnado.

Y si hablamos de la convivencia escolar, tendremos que analizar el papel que desempeñan los diferentes medios que, de hecho, influyen de manera decisiva en la educación de la juventud. Tendremos que hablar del papel de las familias, de la necesidad de que el profesorado y las familias se refuercen mutuamente tanto en la educación en los valores básicos de una sociedad democrática, como en la adopción de las medidas necesarias para resolver los casos de indisciplina que se produzcan. Nos quejamos muchas veces de la lentitud de la justicia y hemos trasladado esa lentitud a los centros ante los casos de indisciplina de los alumnos. Por ejemplo, en algunos casos una medida como la expulsión por un día es efectiva si se aplica de manera inmediata, no si se aplica 20 días después. ¿Alguien se imagina castigando a su hijo una noche sin salir 20 días después del hecho que ha provocado esa decisión?

Tendremos que hablar de todas estas cosas y del papel que pueden jugar las escuelas de padres y madres para que haya una mayor confluencia entre las actuaciones que se producen en el centro y en casa de los alumnos. Pero también tendremos que hablar del papel de los medios de comunicación, y, especialmente, de los medios que pagamos con nuestros impuestos todos los valencianos, Radio Nou y Canal Nou. ¿Qué valores se fomentan en su programación? ¿Son coherentes con los que pedimos que fomenten las familias y los centros educativos?

Ya se ha aprobado la LOE en el Congreso de los diputados. Pero hay muchos aspectos que tienen que ser concretados y desarrollados en cada una de las Comunidades Autónomas, con el fin de que en uso de sus competencias plenas en materia educativa puedan adaptarlo a sus diferentes realidades y, de esta forma, responder mejor a las necesidades de sus centros y de sus alumnos.

Tal y como anunció Joan Ignasi Pla desde esta misma tribuna hace más de un año, desde el PSPV invitamos a todas las fuerzas políticas y sociales a que reflexionemos sobre todos estos temas, a que los diferentes partidos políticos nos sentemos con los representantes de los distintos sectores de la comunidad educativa y alcancemos el máximo consenso posible en torno al desarrollo de la LOE en la Comunidad Valenciana, a que hagamos caso a esa exigencia de la sociedad de alcanzar un gran pacto social y político por la educación.

Sólo avanzamos una propuesta imprescindible para que ese pacto pueda tener sus frutos: el compromiso de que, en un plazo razonable, la inversión en educación alcance la media de la Unión Europea en los presupuestos de la Generalitat Valenciana. Pedimos que se invierta más y mejor en educación, porque estamos convencidos de que es la mejor forma de invertir en el futuro de nuestra sociedad, porque estamos convencidos de que es la mejor forma de defender los intereses de todas las ciudadanas y ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Queremos un gran pacto educativo, porque la educación es y seguirá siendo nuestra prioridad básica.

Miguel Soler es secretario de Educación de la Comisión Ejecutiva del PSPV-PSOE.