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La edad media de las personas que forman los hogares vascos supera los 43 años

El primer estudio familiar realizado por el Gobierno resalta que crecen las que tienen hijos

El envejecimiento de la población se hace patente en el primer Estudio sobre la Familia realizado por el Gobierno vasco, que revela, entre otros datos, que la edad media de las personas que integran los hogares vascos supera los 43 años. Esta cifra se eleva hasta los 56 años para los cabezas de familia, a lo que se añade el hecho de que casi el 20% de los hogares están integrados por personas de más de 65 años. Los datos de este trabajo "servirán para establecer las líneas de la futura ley de Familia", que se aprobará en 2006, señaló ayer en Bilbao el consejero Joseba Azkarraga.

El estudio analiza las respuestas de 7.008 familias (3.056 de Vizcaya, 2.400 de Guipúzcoa y 1.552 alavesaa), realizadas en 2004, y señala cuatro aspectos que "requieren de una respuesta interdepartamental y un gran acuerdo interinstitucional", indicó Azkarraga. El primero es el referido a la escasez de recursos, que, aunque no alcanza a una proporción muy alta de hogares, sigue siendo un problema importante para buen número de familias. Un 0,23% de los hogares alega una falta total de recursos; el 1,8% no puede cubrir sus necesidades básicas, y el 1,2% no puede afrontar los gastos de la casa.

El segundo punto que destaca el trabajo son las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar. Algo más de 5.000 familias no disponen de plaza de guardería para sus hijos y más de una cuarta parte de los casi 50.000 hogares con menores de tres años recurren de forma habitual a los abuelos para el cuidado de los niños. Otro 12% tiene personal contratado para ello. Además, hay un 1,83% de los hogares que dice no poder tener los hijos deseados por carecer de recursos económicos y un 1,4%, por motivos de trabajo.

El cuidado de los padres ancianos es la tercera preocupación importante. Esta tarea se vive como una sobrecarga de trabajo en el 6,11% de los hogares. Según la encuesta, las personas dependientes requieren la presencia de otra persona durante un tiempo medio de 8,2 horas diarias. El 2% de los hogares alega, además, que no puede cuidar a las personas dependientes por falta de espacio.

La cuarta preocupación es la dificultad de los jóvenes para emanciparse, en lo que influyen dos problemas básicos: la precariedad del empleo y la dificultad de acceso a la vivienda.

El estudio revela también que el 92% de la población vasca convive en una relación de pareja o paternofilial y que, desde 1996, se observa un aumento de las familias con hijos no dependientes y de familias polinucleares; es decir, las formadas por hijos mayores que continúan conviviendo, bien emparejados o con niños a su cargo, en el hogar paternal. También se refleja la reciente recuperación de la natalidad, ya que en 2004 los hogares parentales con hijos subieron un 1,1%. En total, más de la tercera parte de las familias son de este tipo (padres con hijos) y concentran a la mitad de la población.

Además, Euskadi cuenta con 120.000 hogares unipersonales, algo más del 15% del total. Las mujeres sólo suponen el 21,8% de las personas de referencia (cabezas de familia) en los hogares vascos, pero alcanzan el 70,7% en los hogares unipersonales y superan el 80% en los posconyugales (personas viudas o divorciadas con hijos) y monoparentales.

Otro dato que revela el envejecimiento familiar es que la edad media de las parejas jóvenes sin hijos ronda los 35 años, lo que supone el retraso, e incluso la renuncia, de los procesos de reproducción. El 17,4% de las parejas tuvieron su primer hijo en el pasado año.

Los cabeza de familia vascos con hijos a su cargo tienen de media entre 47 y 54 años. A esta realidad se une que en un 38,9% de los hogares está presente al menos una persona mayor de 64 años y un 19,9% de los mismos están integrados por personas que superan todas ellas los 64 años. Por el contrario, los menores de 16 años sólo representan un 12,5% de la población.

Todos estos datos se vinculan, afirmó Azkarraga, al aumento de los gastos sociales y sanitarios, así como a la tasa de actividad. El consejero precisó que "este problema no se solucionará sólo con el aumento de la inmigración" y abogó por incidir más en la conciliación de la vida familiar y laboral. "Cada vez somos menos las personas que cotizamos [a la Seguridad Social] y más las que reciben de esa cotización", apuntó. De hecho, la futura ley de la Familia, cuyas líneas generales estarán listas antes de fin de año y se desarrollarán en el primer trimestre de 2006, incluirá ayudas por el primer hijo y aumentará la cuantía por el segundo y restantes, según Azkarraga, que calificó la situación de "buena, pero mejorable".

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