_
_
_
_
ESTRENO | 'La escurridiza o cómo esquivar el amor'

La actriz Sara Forestier defiende los sueños de los jóvenes de los suburbios franceses

'La escurridiza', dirigida por Abdellatif Kechiche, obtuvo este año cuatro premios César

El arte de enamorarte sin que medio barrio se pelee", así dice el cartel de La escurridiza o cómo esquivar el amor (L'esquive), la gran triunfadora de este año de los premios César del cine francés (mejor película, director, guión, actriz revelación). Pero más que el retrato de unos adolescentes que buscan el amor y el modo de sobrevivir en los barrios marginales de París, la película, que se estrena hoy en España, dibuja con agudeza los sentimientos humanos en toda su complejidad y universalidad.

"El éxito de la película se debe a que Abdellatif Kechiche -el director- ha conseguido dar complejidad a los jóvenes de estos suburbios, retratarlos con sus energías, sus sueños, sus dudas y sus medios, dejando de lado la caricatura que dan siempre los medios de comunicación sobre ellos, como si sólo fueran delincuentes", cuenta Sara Forestier, una de las protagonistas del filme y premio César 2005 a la mejor actriz revelación, durante la presentación del largometraje en Madrid. "El público necesitaba una bocanada de aire fresco, de humanidad; una mirada sobre estos jóvenes de una manera distinta", añade.

Rodada con cámara digital, un presupuesto modesto y un reparto de actores no profesionales casi en su totalidad, la historia, inspirada en el texto Juegos de amor y fortuna, de Pierre de Marivaux (1688-1763), gira en torno a un aspecto concreto de la vida, el amor, y se cuenta a través del teatro, la adolescencia y la incapacidad de comunicar y conducir correctamente los sentimientos.

"El filme se apropia del texto de Marivaux e incluso te hace el texto original más atractivo. Creo que Abdellatif ha enriquecido el filme con esta obra, porque es un texto que subraya las dos caras de las cosas, de la vida", señala Forestier, quien confiesa que estudió al dramaturgo y novelista francés en la escuela, pero que fue a raíz de interpretar a Lydia en La escurridiza cuando leyó con "profundidad y deleite" a Marivaux.

Forestier encarna a una joven que vive en una urbanización de viviendas de protección oficial del extrarradio parisiense, y prepara con pasión la representación de Juegos de amor y fortuna. Krimo (Osman Elkharraz), su compañero de clases, es un adolescente que se aburre paseando por el barrio con sus amigos. Prendado de Lydia, convence a un compañero para que le deje su papel de Arlequín y así poder acercarse a la joven y declararle su amor sin hacer el ridículo. Pero esta estrategia acaba complicándoles la vida a los dos e involucrando a los colegas del barrio. El reparto lo completan Sabrina Ouazani, Nanou Benahmou, Hafet Ben-Ahmed, Aurélie Ganito, Carole Franck, Hajar Hamlili, Rachid Hami, Meriem Serbah, Hanane Mazouz y Sylvain Phan.

"Abdellatif tardó 12 años en conseguir financiación para el proyecto, porque a nadie le interesaba lo que pasaba en estos barrios. Fueron dos meses de ensayo y dos meses de rodaje muy duros", explica la actriz, que antes de La escurridiza había trabajado en otras producciones en papeles menores, y que acaba de rodar Hell, una película de Bruno Chiche donde la joven actriz protagoniza, junto a Nicolas Duvauchelle, el filme basado en la obra de Lolita Pille.

"No creo que el César haya cambiado mi vida, lo que ha cambiado es mi carrera. La alegría de este premio está en que lo he obtenido por esta historia. Lo importante no son los premios, sino hacer buenas películas", aclara la actriz, quien sueña con interpretar un papel de hombre.

La escurridiza se estrenó en Francia antes de que se produjera la explosión de violencia que ha sacudido los suburbios franceses en los últimos meses. Además de ser un gran éxito de taquilla en el país galo, ha sido la gran triunfadora de los premios César 2005, superando a dos grandes apuestas, Un largo domingo de noviazgo y Los chicos del coro. La película también ha obtenido el premio especial en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, en 2005; el premio Fipresci en la competición internacional y el premio especial del jurado al conjunto de actores en el Festival Internacional de Cine de Estambul, en 2004; la mención honorífica en el Festival de cine de Estocolmo, en 2004, y el gran premio a la mejor película francesa en el Festival de cine Entrevues, en 2003.

Sara Forestier, el pasado lunes en Madrid.
Sara Forestier, el pasado lunes en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_