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Marruecos juzga a los principales líderes independentistas saharauis

El proceso de los 7 activistas no acalla las frecuentes protestas en el Sáhara Occidental

Catorce saharauis, siete de ellos considerados como dirigentes independentistas del interior, comparecieron ayer ante el tribunal de apelación de El Aaiún inculpados de "constitución de banda criminal" y de "violencia sobre funcionarios del Estado". Los acusados entraron coreando eslóganes a favor de la independencia en una sala en la que habían sido admitidos cuatro observadores extranjeros, incluido el abogado de Amnistía Internacional, el tunecino Samir Benamor. Con este juicio Rabat intenta decapitar las protestas en la antigua colonia española que arrancaron en mayo.

En junio fueron juzgados y condenados una treintena de jóvenes manifestantes de El Aaiún que se enfrentaron, el mes antes, a las fuerzas del orden público. Ahora les ha tocado a los supuestos instigadores alguno de los cuales, como Alí Salem Tamek, seguía un tratamiento médico en Barcelona cuando se produjo la revuelta. Uno tras otro, las fuerzas de seguridad marroquíes han apresado a los 14 cabecillas entre los que figura una mujer, Aminatu Haidar, tan emblemática como Tamek.

El último en ser detenido fue, en agosto, Hamad Hamad, que el mes anterior se refugió en la Casa de España en El Aaiún en la que irrumpió la policía, sin permiso, para capturarle. El Ministerio de Exteriores español pidió, entonces, a las autoridades marroquíes que le tratasen según las normas del Estado de derecho.

El juicio ha suscitado la reprobación de todas las organizaciones de defensa de los derechos humanos. La estadounidense Human Rights Watch (HRW) escribió el sábado una carta al rey Mohamed VI en la que asegura que no hay "pruebas creíbles de que hayan incitado, participado o dirigido actos violentos" y que sus "confesiones fueron redactadas por la policía y los acusados se negaron a firmarlas y proclamaron su inocencia".

Estas "siete personas", concluye HRW, "son perseguidas a causa de su actuación a favor de los saharauis víctimas de violaciones de los derechos humanos y de su posicionamiento pacífico a favor de la independencia" del territorio. Dos semanas antes Amnistía Internacional publicó un amplio informe sobre el juicio que se avecinaba.

El encarcelamiento de los cabecillas no ha acallado las protestas. Los saltos de jóvenes que enarbolan la bandera del Frente Polisario, corean eslóganes independentistas y se enfrentan brevemente a las fuerzas del orden son constantes en El Aaiún y frecuentes en Bujador y Smara.

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Esta efervescencia independentista ha incitado al Ministerio del Interior a desplegar más refuerzos en El Aaiún donde la Gendarmería y el Ejército participan en el mantenimiento del orden en un área que no es de su incumbencia.

El ministro de Comunicación marroquí, Nabil Benabdalá, reconoció en una entrevista con el diario As Shark el Ausat, que 350 soldados y gendarmes habían sido enviados a El Aaiún para secundar a la policía. Afirmó que los "manifestantes separatistas" cuentan con el respaldo de los servicios secretos argelinos y se echan a la calle de forma coordinada con los medios de comunicación españoles para que éstos puedan cubrir sus protestas.

La preocupación por el auge de la tensión en el Sáhara ha sido recogida, por primera vez, en un comunicado de la dirección de los socialistas marroquíes. La Asociación Sáhara Marroquí, que reivindica la soberanía de Marruecos sobre el territorio pero critica la gestión gubernamental, remitió también el lunes una carta al primer ministro, Driss Jettu. "Desde hace unos meses, las provincias del sur de Marruecos atraviesan una situación de una inestabilidad sin precedentes y el separatismo alcanza un nivel alarmante", se lamenta la misiva.

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